"MÁS, MÁS Y MÁS" |
Con
mucha frecuencia los Bancos envían a sus “clientes distinguidos” diferentes formatos donde les indican que por su
comportamiento bancario, se ha hecho merecedor de un crédito por un importe
determinado, con muy bajo interés y a un plazo de varios meses. Este
procedimiento ha sido utilizado por las empresas telefónicas, de teléfonos
celulares, y tantas otras empresas comerciales que en forma indiscriminada envían
por correo unos catálogos increíbles, plagados de ofertas donde ofrecen una
serie de productos, servicios, viajes nacionales y al extranjero, casas, autos
a precios increíbles, en pagos chiquitos y a plazos largos, donde captan una
clientela cautiva y todo mundo echa la casa por la ventana y es difícil no
dejarse deslumbrar para cumplir diversos caprichos de ofertas y otras tantas
tentaciones que en otras fechas han sido motivo de “privaciones”.
En
efecto, con esas promociones mucha gente aprovecha los esquemas de “viaje ahora, pague después”, “aproveche esta oferta a 24 meses sin
intereses”, “compre su casa, aproveche su crédito hipotecario”, así como
otros tantos ofrecimientos que les despiertan el espíritu de “más, más y más” durante la época de vacaciones, puentes largos, semana santa,
navidad, fin de año y tantas otras celebraciones, donde los vendedores hacen
toda clase de ofrecimientos a sus posibles clientes, quienes siguiendo sus
deseos compulsivos de compra, se interesan por los ofrecimientos que reciben.
Los
intentos de controlar sus impulsos o razonar durante esas fechas, resultan
inútiles, sobre todo por aprovechar esas facilidades. No se priven, sigan
adelante, derrochen lo que puedan. En
cambio, pueden seguir la forma de aplacar los deseos de compra como lo hacen
las personas que se consideran “ahorradores”
quienes no se preocupan porque no han perdido el juicio.
Tú
también puedes conseguirlo sin tener que gastar un solo centavo. He aquí la forma de hacerlo:
Examina
esos mismos catálogos y promociones que recibes por correo, en los sistemas
electrónicos y otros medios. Espera el momento en que puedas comprar
tranquilamente, saboreando la experiencia. Marca con un círculo rojo todo lo
que te atraiga en forma material. No te
dejes incluir por los precios. Espiritualmente puedes disponer de todo
el dinero que necesites. Realiza una expedición de compras “sobre papel” e
imagina que varios artículos que te gustan son tuyos e imagina que puedes
comprarlos “si quieres”. Después de todo ello elabora un listado de los objetos
elegidos, insértalos en el catálogo pertinente y deposita los catálogos en una
caja.
Luego
olvídate de esas cosas y pasadas las fechas en las que deseabas hacer esas
compras, examina otra vez los catálogos. Comprueba si sigues deseando lo que
elegiste. Quizá algunos artículos que elegiste se encuentran rebajados. Pero ya
no te sorprendas si no tienes interés por algunos artículos marcados con el
círculo rojo. ¿Por qué? Porque te darás cuenta que has aplacado tus impulsos de compra, has seleccionado todos los
artículos que querías comprar y sobre todo no has adquirido un compromiso
económico a pagar que puede afectar tu economía personal.
Es
posible que las mejores cosas de la vida no sean gratis, pero las mejores
gangas las descubre tu comprador personal que es tu subconsciente. Puedes salir
a flote separando lo efímero de lo auténtico.
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