Cuando
no sabemos la forma de encontrar nuestros recursos internos, llegamos al falso
resultado de que la felicidad y la realización personal proceden únicamente de los acontecimientos
externos, porque en ellos nos respaldamos para conllevar propiedades en bienes
inmuebles, dinero con varios ceros en cuentas bancarias, joyas y demás
expresiones de valor que vuelven a las personas irascibles y envidiosas que se
comparan constantemente con los demás solo para sentirse agraviadas por lo que
parece hacerles falta en su vida.
Lo
cierto es que para alcanzar la verdadera felicidad, se requiere de un auténtico
despertar para disponer de nuestros recursos internos que producen un auténtico
despertar que resuena en el seno de tu propia alma, donde ya dispones todo lo
necesario para lograr la legítima felicidad. Solamente falta que te propongas
lograr la forma de tomar conciencia de subir a bordo para iniciar un viaje
interior que entraña una transformación emocional, psicológica y espiritual.
Puedes
producir un profundo cambio en tu vida real que te sintonizará con la energía
creadora del Universo. Un cambio así es posible solamente cuando invocas al
Espíritu para que abra los ojos de tu conciencia a la plenitud que ya te
pertenece. Para ello, existen seis principios que te pueden guiar a tu viaje
interior y que puedes lograr como un propósito a lo largo del presente año.
Estos
principios en forma enunciativa conforman el tapiz de la dicha que te envuelve
de paz interior, felicidad, bienestar y seguridad y pueden ser: En primer lugar se puede citar la gratitud, cuando elaboramos un inventario mental de todo lo
hemos llegado a poseer y podemos cerciorarnos de que en realidad somos muy
ricos.
Después
se da paso a la simplicidad se
considera como el deseo de hacer limpieza identificando los elementos necesarios
para manejar una vida verdaderamente placentera.
El orden tanto en forma externa como interna.
El
sentido de orden en nuestra vida nos aporta armonía
que nos dota de paz interior.
En
seguida nos rodea la belleza que
encontramos en nuestro entorno y nos brinda la pauta para apreciar la alegría.
Todos
estos bellos tapices que se bordan entre sí, es muy difícil precisar dónde
termina uno y empieza el siguiente y todo ello invoca el Espíritu para que abra
los ojos de tu propia conciencia que nos da la oportunidad de gozar de una
sencilla plenitud.
Estos
principios nos dan la pauta de que poseemos todo lo que necesitamos para ser
felices pero que muchas veces no somos conscientes de ello y es la razón de que
no apreciamos todo de lo que disponemos.
Lo
importante es saberlo ahora: ¿Eres feliz
en este preciso momento? ¿Acaso lo sabes? Es necesario identificar todos aquellos
pequeños momentos, cuando se trata de identificar esas pequeñas cosas que te
hacen sonreír y satisfacen tu corazón, pocas veces lo registras como momentos
felices y así sueles quedarte corto cuando no percibes que la felicidad está
formada de pequeños detalles.
Lo
que está ausente en muchos de nuestros días es la verdadera sensación de que
estamos disfrutando de la vida que llevamos. Es difícil darnos cuenta de los
momentos felices que nos invaden, si no somos conscientes de lo que amamos de
verdad. Esos pequeños momentos son los que debes aprender a saborearlos porque
son momentos auténticos que te aportan dicha. Placeres sencillos que están ahí
para que los disfrutes y que con frecuencia los pasas por alto cuando te invade
la rutina de la costumbre.
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