En
la actividad que desarrollamos que corresponde a ser consultor y cuando tenemos
la oportunidad de visitar diferentes negocios que nos permite conocer el
desempeño de las personas que actúan como ejecutivos en diferentes niveles
dentro de su organización y son responsables de la buena marcha de su empresa,
ya sea en forma total o parcial, podemos darnos cuenta de la forma en que se
desarrolla la actividad de la institución que tienen a su cargo, podemos darnos
cuenta de que cualquier persona exitosa depende de su equipo de trabajo, ya que
las organizaciones triunfadoras comparten entre sí de algunas características
básicas.
Cada
buena organización que vamos encontrando a nuestro paso es poseedora de un buen
sistema de trabajo y de un equipo de colaboradores que representan un liderazgo
fuerte que en todos sentidos, están coordinados y representados por un
responsable que ha tenido la suficiente capacidad de establecer un ambiente
favorable dentro del grupo que representa.
Al
mencionar el término “Líder” no
quiero referirme a “Dictador” quiero
con este término referirme a una persona con principios humanos suficientes,
que sea comunicativa, inspiradora de buenos conceptos y disponga de una
capacitación suficiente para dirigir la organización que representa y pretende
llevar a buen fin. Esta persona marca el
tono y la cultura para toda la empresa.
Es
de considerarse que los buenos líderes viven, actúan y respiran todo lo que la
organización representa, dejando perfectamente claro a todos los miembros que
la forman, sobre la misión que pretende realizar. Estos “líderes” se preocupan y se esfuerzan para dejar completamente
claro cuál es el papel que les toca desempeñar a cada quien, dentro del grupo y
la importancia que representa la contribución individual de cada miembro, que
con su resultado, afecta al resto de la compañía.
La
importancia de su cargo, representa dar a conocer a cada quien la importancia
del trabajo que debe desempeñar y cuándo realizarlo, es clave y debe ser claro
para todos: ¿A qué punto pretendemos llegar? ¿Qué es lo que pretendemos hacer?
¿Cuándo nos corresponde hacerlo? y La responsabilidad que tiene cada uno en el
desempeño de su actividad.
A
este respecto, cabe hacer notar que en los principios de “Adam Smith” (Siglo XVIII, que fue
considerado como el padre de la economía) postuló
que los humanos estamos motivados por el interés personal. Con estos
antecedentes, mencionó que los buenos líderes saben cómo lograr que los
intereses sean individuales los mismos a los que pretende llegar la
organización. Estos líderes separan y fijan los tiempos: hay momentos en que se
requiere una cadena de mando de tipo militar en el que las órdenes fluyen de
los niveles superiores a los inferiores, pero también hay momentos en las
organizaciones en que los individuos que la integran pueden y deben contribuir
con sus ideas y formar parte de las decisiones.
La
comunicación es lo más importante para empezar a preparar la respuesta de la
organización; y lo que viene finalmente, es el conocimiento del esfuerzo
realizado por todo su equipo de colaboradores para dar a conocer el éxito o el
fracaso de la organización a su cargo.
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