En
un club deportivo al que acudo regularmente, platicaba hace unos días con un
compañero en los vestidores después de que lo vi un poco agotado por el
esfuerzo de dos partidos de tenis que había tenido y me decía que su condición
física ya no era igual a la de hace unos años en que sostenía hasta tres
encuentros sin mayor esfuerzo; pero que ahora a sus 62 años le costaba más
esfuerzo hacerlo con facilidad. En seguida me comentó que había ido a su
chequeo médico y de laboratorio, que acostumbra hacer cada año y en su consulta
le preguntó al especialista que de acuerdo a su estado físico: ¿Cuántos años
más le calculaba de vida activa?
Como
respuesta el médico le dijo: “Actualmente la gente vive muy rápido y se
preocupa mucho de mayor número de cosas por su vida, por su familia y hasta por
lo que ocurre en su entorno que generalmente no son noticias gratas, por esa
razón la gente no llega a los 80 años de edad. Después de esa edad es difícil
mantener una calidad de vida
adecuada”. Y como complemento
me preguntó ¿Cuántos años tenía yo? Le respondí que 82 y se sorprendió porque
coincidimos en diversos ejercicios en el club.
Esto
posiblemente tiene una explicación: ¡La mente subconsciente regula nuestra
salud! ¿Recuerdas haberte enfermado el día que no querías ir a clases? ¿O haber
padecido dolores de cabeza a causa del miedo? La conexión entre mente y cuerpo
es tan estrecha que, con mucha frecuencia cuando queremos evitar algo, nuestro
subconsciente hará lo necesario para que se realice. Reconocer que estas cosas
nos ocurren es ya parte de la solución. Tu mente provoca diversas reacciones en
tu cuerpo, porque una onda de estremecimiento recorre todo tu organismo.
Pueden
ocurrir casos y existen evidencias que podemos padecer una enfermedad que
nuestros padres sufrieron y pensamos que es hereditaria; y, por lo mismo
inevitable padecerla nosotros también. Aunque he escuchado versiones de
personas que expresan “A mí nunca me da
gripe” y con esa
programación no le afecta ningún padecimiento; en cambio escucho versiones de
otras gentes que dicen “Yo me enfermo de
gripe al menos dos veces al año” y seguro que
así les ocurre. Estas situaciones así suceden, porque no se trata de meras
coincidencias.
Está
confirmado que las emociones y los sentimientos reprimidos afectan directamente
nuestra salud. Puede ser el caso de muchas gentes que acuden a sus trabajos
casi a fuerza ya que no les agrada hacerlo y les molesta la presencia de varios
de sus compañeros y no viven la vida que les gusta, la mente es tan poderosa
que empieza a mandar órdenes “Desearía no estar aquí” y como el cuerpo es esclavo de la mente, aquél
procurará hacernos salir de todo aquello que nos desagrada. Por lo que se puede
asegurar el papel que juega la mente en nuestra salud física.
La
calidad de vida es un derecho que
tenemos desde que nacemos y al decir buena salud, me refiero a energía y
vitalidad. Ello nos obliga a practicar algún ejercicio desde que amanece, con
la confianza de que nuestro cuerpo puede desarrollar al máximo alguna práctica
que decidas continuar y no solamente hacer las cosas para ir pasando. Si
analizamos la conexión entre mente y cuerpo, se facilita más darnos cuenta, en
qué medida afecta a nuestra mente.
Esto
quiere decir que debes procurar que tus pensamientos siempre sean positivos y
saludables para que desarrolles una mentalidad sana, la buena salud nos
pertenece por nacimiento y eso es suficiente para manejar una “calidad de vida” suficiente en
cualquier época y en cualquier edad. Lo que pueda ocurrir no lo sabemos, pero
lo que sí debemos es tratar… de mantener
nuestra salud como fase primordial.
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