Tal
vez el título suena un poco sarcástico y equivale a pensar en algo: satírico,
cínico, agresivo, insultante y tantos otros calificativos que se aplican a una
misma persona cuando ejerce el cargo de representante de una empresa y maneja
el liderazgo en forma arrogante que puede resultar el lado absurdo de una
monarquía en pleno siglo XXI dentro de empresas anacrónicas, parásitas que a
estas alturas deberían ser abolidas ya que representan la antítesis de los
valores democráticos.
En
cambio cuando una empresa está representada por líderes empresariales que
representan en su persona a gente que inspira confianza y que representa en su
persona los valores que comparte con la organización humana que le corresponde
inspirar y estimula a su equipo de trabajo que es el que pone en marcha sus
proyectos y acata sus disposiciones en forma establecida, para llevar a buen
fin las actividades que se desarrollan en un negocio.
Las
comparaciones siempre resultan incómodas y con frecuencia podemos encontrar directores
arrogantes que tienen a su cargo la responsabilidad de grandes organizaciones que su mismo personal
los detesta y les teme por su comportamiento en el trato continuo que les hace
ver insoportables en su desempeño. Es posible que tú mismo identifiques alguno
dentro del sistema comercial, bancario, industrial, escolar y sobre todo en los
medios políticos y no podrás menos que concluir que dentro de nuestra sociedad
padecemos verdaderamente una ausencia de líderes visibles y comunicativos que
inspiren y encarnen en su persona los valores de toda la sociedad.
Puedo
asegurarles que cuando pienso en estas cosas, me cuesta trabajo distinguir
alguna persona que llene este papel de líder empresarial, a pesar de escuchar
muchos discursos, rollos y arengas con frecuencia y hasta aparecen sus
declaraciones en los periódicos, pero será alguien que inspire y represente los
valores centrales de la sociedad?. No es frecuente encontrarles, en su mayoría
pueden ser personas que sin llenar los merecimientos del cargo ejecutivo, los
designan en forma provisional y permanecen en forma temporal en esas
responsabilidades.
En
la práctica las posiciones que desempeña el personal en puestos de primer
nivel, son muy diferentes de la posición que desempeña un director capacitado,
a otro que es improvisado. Lo mismo ocurre tanto en el sector público, como el que
labora en el sector privado. En el primer sector encontramos gente sin preparación que son
colocados en esos lugares para recibir órdenes y cumplir y no vale mucho la
pena hablar de ellos. En el sector privado que corresponde al empresarial,
existe un poco más de cuidado para seleccionar a los responsables de las
empresas y encontramos personal más calificado en estudios y con poca
experiencia para desempeñar cargos de primer nivel.
En
esas condiciones encontramos personas que dicen haber hecho sus estudios y
especializaciones en el extranjero y tal vez disponen de otra clase de
conocimientos buenos para esos lugares en que recibieron la instrucción, pero
carentes de aplicación en nuestro medio. Ellos son faltos de práctica y de educación para tratar al
personal a su cargo, aun cuando en la mayoría de casos, pueden disponer de
personal con mejores conocimientos y manejan las operaciones con mayor
habilidad y destreza.
Te
deseo es que nunca te encuentres algún director o político en estas
condiciones, lo mejor que puedes hacer es cambiar de empleo para no hacerte la
vida imposible, o someterte a un tratamiento de prudencia, para no complicar tu
existencia laboral.
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