lunes, 25 de agosto de 2014

DICTADORES EMPRESARIALES.

Tal vez el título suena un poco sarcástico y equivale a pensar en algo: satírico, cínico, agresivo, insultante y tantos otros calificativos que se aplican a una misma persona cuando ejerce el cargo de representante de una empresa y maneja el liderazgo en forma arrogante que puede resultar el lado absurdo de una monarquía en pleno siglo XXI dentro de empresas anacrónicas, parásitas que a estas alturas deberían ser abolidas ya que representan la antítesis de los valores democráticos.

En cambio cuando una empresa está representada por líderes empresariales que representan en su persona a gente que inspira confianza y que representa en su persona los valores que comparte con la organización humana que le corresponde inspirar y estimula a su equipo de trabajo que es el que pone en marcha sus proyectos y acata sus disposiciones en forma establecida, para llevar a buen fin las actividades que se desarrollan en un negocio.

Las comparaciones siempre resultan incómodas y con frecuencia podemos encontrar directores arrogantes que tienen a su cargo la responsabilidad de  grandes organizaciones que su mismo personal los detesta y les teme por su comportamiento en el trato continuo que les hace ver insoportables en su desempeño. Es posible que tú mismo identifiques alguno dentro del sistema comercial, bancario, industrial, escolar y sobre todo en los medios políticos y no podrás menos que concluir que dentro de nuestra sociedad padecemos verdaderamente una ausencia de líderes visibles y comunicativos que inspiren y encarnen en su persona los valores de toda la sociedad.

Puedo asegurarles que cuando pienso en estas cosas, me cuesta trabajo distinguir alguna persona que llene este papel de líder empresarial, a pesar de escuchar muchos discursos, rollos y arengas con frecuencia y hasta aparecen sus declaraciones en los periódicos, pero será alguien que inspire y represente los valores centrales de la sociedad?. No es frecuente encontrarles, en su mayoría pueden ser personas que sin llenar los merecimientos del cargo ejecutivo, los designan en forma provisional y permanecen en forma temporal en esas responsabilidades.

En la práctica las posiciones que desempeña el personal en puestos de primer nivel, son muy diferentes de la posición que desempeña un director capacitado, a otro que es improvisado. Lo mismo ocurre tanto en el sector público, como el que labora en el sector privado. En el primer sector  encontramos gente sin preparación que son colocados en esos lugares para recibir órdenes y cumplir y no vale mucho la pena hablar de ellos. En el sector privado que corresponde al empresarial, existe un poco más de cuidado para seleccionar a los responsables de las empresas y encontramos personal más calificado en estudios y con poca experiencia para desempeñar cargos de primer nivel.

En esas condiciones encontramos personas que dicen haber hecho sus estudios y especializaciones en el extranjero y tal vez disponen de otra clase de conocimientos buenos para esos lugares en que recibieron la instrucción, pero carentes de aplicación en nuestro medio. Ellos son faltos  de práctica y de educación para tratar al personal a su cargo, aun cuando en la mayoría de casos, pueden disponer de personal con mejores conocimientos y manejan las operaciones con mayor habilidad y destreza.

Te deseo es que nunca te encuentres algún director o político en estas condiciones, lo mejor que puedes hacer es cambiar de empleo para no hacerte la vida imposible, o someterte a un tratamiento de prudencia, para no complicar tu existencia laboral.


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