Me
ha impresionado el número de divorcios que se han registrado en México
recientemente; el INEGI informa que de las parejas que se divorciaron en 2009
que suman ochenta y cuatro mil, el 30.5 % mantuvo la unión de cinco años o
menos, 18.5 entre seis y nueve años y prácticamente la mitad 49.5% proviene de
un matrimonio con una duración social de diez años o más.
Estas
cifras se consideran de los matrimonios legalmente unidos por un juez; y tiempo
después divorciados, mostrando una tendencia cada vez más creciente en México y
en el número de divorcios muestra que de cada cien matrimonios, quince de ellos
disuelven su vínculo legal. Además se observa que desde 1993 se observa un
aumento en esta propensión debido a un efecto doble entre el incremento de los
divorcios y la disminución de los matrimonios.
Tal
vez esto es lo más inquietante cuando en forma considerable han disminuido las
bodas, cuyas cifras corresponden a los casamientos civiles porque de iglesias,
son mucho menos. Ahora la moda es unión libre. Con frecuencia escucho que los
tiempos de antes han sido mejores que
los de ahora y en eso no estoy de acuerdo porque hay que considerar que la
población ha aumentado en forma avanzada y la competencia es muy alta entre los
jóvenes que no tienen empleo y tampoco oportunidades para ingresar a escuelas
profesionales.
Ahora
la gente tiene menos tiempo para enamorarse y así lo demuestra el descenso de
matrimonios, el aumento en número de divorcios y es posible también el aumento
de parejas en unión libre. Muchas parejas que permanecen casadas, se olvidan de
varios rituales del compromiso del matrimonio, da la impresión que realizan
rutinas de vida que poco despiertan sus sentimientos de amor a sus semejantes.
Hace
tiempo escuché una plática de alguna persona que tiene más de doce años de casada y alguien le preguntó cómo le
iba en su vida familiar y dio una respuesta que me llamó la atención: Bien, -contestó de inmediato- todos nos queremos. -Sin embargo, hay veces que me dan ganas de
estrangular a mi tía porque se pasa el
día hablando por teléfono, a mi esposa por desconfiada, a mi suegra por
entrometida, y hasta a mi abuela aunque ya es una persona mayor-. En esas
condiciones no entiendo ¿Cómo deben amar a sus seres queridos?
El
amor exige sabiduría, es el centro de una relación y es algo más que ser capaz
de pronunciar la expresión “te amo” palabras
que se maltratan con frecuencia. Amor es
dar, es un proceso interior que se aplica a una relación, es sentir un
inmenso cariño sin pedir nada a cambio y alcanzar una alta posición, pero si
carecemos de esta sensibilidad, de este sentimiento de simple amor, estaremos
vacíos y seremos desdichados durante el resto de nuestra vida.
Ante
estos atributos es lo que ahora no comprendo si el amor será algo real o
ficticio porque ante estos índices de que los casamientos en vez de aumentar,
van en disminución y a la inversa los divorcios van en aumento, tal vez por eso
sea la razón de que los muchachos ahora piensan mucho si se casan, si permanecen solteros; o bien,
deciden vivir en unión libre, lamentando en caso de separación de la pareja,
cuando los hijos quedan en desamparo de padre o de madre, tal vez a eso se debe
que vemos tantos “niños de calle”, “ninis”, “pandillas” y otros calificativos
que son atendidos por las instituciones del Gobierno para resolver programas
sociales.
Prodigar
amor sin expectativas es la parte central de las relaciones cuando se trata de
desarrollar un propósito. Puedes practicar este ejercicio de dar amor sin
condiciones y verás que te sientes tranquilo y satisfecho en un lugar donde
existe el vacío, o sea dichoso en vez de en desgracia.
Muchas
veces creemos estar muy enamorados y poder hacer tantas cosas, hasta reunirse
en pareja con otra persona, lo cual debe pensarse un poco más a fondo por lo
que implica una adecuada relación si se razona bien. Lo que si te interesa saber
para conservar una unión, es que puedes pensar en tres factores en la relación y
estás dispuesto a aceptarlos debes considerarlos, y son como sigue:
Renuncia a la necesidad de tener razón: Esta situación
es la mayor causa de dificultades y de deterioro en las relaciones, cuando se
presenta el momento de demostrar que la otra persona demuestre su error o tú
expreses tu razón. En estos casos no hay necesidad de demostrar quien está
equivocado, no existe argumento vencedor. Toda persona tiene derecho a su
propia opinión y no existe la necesidad de demostrar que el otro está
equivocado y ver como las cosas cambian a tu favor.
Debes dar espacio a la otra persona: Debes dejar que haya espacio suficiente en tu compromiso.
En el compromiso se trata de amar incondicionalmente y de dar en lugar de
tomar. Cuando se ama a alguien por lo que es y no por lo que tú crees que
debería ser, o por la medida en que te complace, el permitirle privacidad y
espacio viene de manera automática.
Elimina la idea de posesión: En la unión
realizada procura gozar a tu pareja, no poseerla. No podrás experimentar una
relación mágica si te crees poseedor de la otra persona o si, de algún modo,
sientes que tienes derecho a dominarla o controlarla. Nadie quiere que lo
posean, ni sentirse como una posesión. Tampoco quiere ser dominado ni
controlado, sino que al contrario, el amor y el respeto propio debe coexistir
para disponer de una buena relación.
Estas
son cualidades necesarias para una relación con propósito, si las consideras,
empezarás a ver resultados en tus relaciones y tendrás la oportunidad de ver el
milagro que es vivir la maravillosa vida con amor.
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