martes, 4 de diciembre de 2012

SON BUENOS LOS CAMBIOS.

Mejor clima para México.
He escuchado los decires “soplarán otros aires” y tal vez esa sentencia funcione ahora que estamos respirando el aire de un nuevo gobierno que toma posesión del mandato de nuestro país y que nos da una esperanza de que los altercados que hemos sufrido todos durante seis años muestren otro fisonomía a un país que se le atribuyen muchas víctimas y crueldades padecidas casi diario.

Creo todos hemos padecido alguna peripecia en este tiempo y nos hemos callado para evitar mayor problemática a futuro. En mi caso fui víctima de un atraco a mano armada a mano armada (con una pistola calibre 45) después del cobro de un cheque en Bancomer y el motivo fue el cobro y posesión de efectivo de una cantidad razonable denunciada por el propio cajero del banco. Al menos tuve la oportunidad de valorar más mi vida que el dinero portado, cuyo convencimiento me hizo razonar varios escenarios.

Otras personas han lamentado otras adversidades y hemos atravesado por un pesimismo que estaba de moda y que ocasionó muchos trastornos al país, tal vez por esa razón esperábamos un cambio que muestre nuevos y mejores tiempos. Diríamos “soplarán otros aires”. Pero en esta ocasión cuando despertamos pudimos comprobar en las primeras planas de los periódicos que hemos subestimado por completo la capacidad de sadismo y destrucción de los humanos por los actos vandálicos cometidos por grupos radicales de anarquistas por la serie de daños causados en el centro histórico y daños ocasionados a la recién remodelada alameda central de la ciudad de México.

 Y aun así, la vida del país no se detiene, sigue su marcha y la vida es tan emocionante: nuestras actividades continúan, las relaciones con los nuestros continúan, el día es esplendoroso y el clima es ideal. Es por eso que nos duele mucho cuando nos enteramos de acontecimientos obscuros que acontecen y sin embargo, seguimos latentes y calladamente continuamos nuestras labores, para realizar nuestros ideales y conseguir las metas propuestas.

A veces somos muy exigentes, en vez de revisar nuestro entorno y alegrarnos de lo que tenemos, vemos el vaso medio vacío, añoramos lo que nos falta y no podemos poseer, sin tomar en cuenta que nuestra salud es buena, nuestras facultades son mejores y tenemos un pensamiento que nos permite usar nuestro libre albedrío para realizar nuevos proyectos. Pasamos el tiempo pensando que el trabajo nos exige demasiado y que la naturaleza no nos da lo que verdaderamente nos pertenece.

Debemos ver las cosas con realidad, la vida es buena y por ese razonamiento tenemos la obligación de mejorarla y apreciarla más. Si ninguno de nosotros está dispuesto a devolver algo de lo mucho que ha recibido, nos estaremos burlando de nosotros mismos, si nos ponemos a observar que estamos rodeados de tantos privilegios.

 

Es preferible darnos cuenta que la vida está formada de momentos, como si transitáramos sobre un largo camino de grava y por nuestras preocupaciones, no percibimos que pisamos trozos de oro. Sería precioso que esos trozos se nos hicieran presentes sin tener que llamarlos, pero manejamos tan aprisa nuestra existencia, que eso nunca ocurrirá.

De lo que muchos de nosotros no nos hemos percatado, de que no sabemos ser felices, debemos darnos cuenta de que el universo es muy grande y dentro de él existe mucha riqueza y que a nosotros nos corresponde aprender a ver todo el bien que hay en el mundo y no estamos acostumbrados a devolverle aunque sea una pequeña parte de lo que le corresponde

Estamos acostumbrados a disponer del exterior, no teniendo tiempo en nuestra desenfrenada carrera de detenernos un poco, dar una mirada a nuestro interior para mejorar nuestras propias vidas, tenemos la creencia que siempre será alguien del exterior, que nos debe decir qué debemos hacer y cómo debemos conducir nuestro destino. Debemos amar las pequeñas cosas de la vida que en ocasiones se nos extravían en la polvareda ocasionada por nuestros frenéticos días.

Qué frio consuelo nos depara el destino cuando nos encontramos atravesando una noche invernal. Por eso es bueno decir esperar estos cambios que son muy benéficos porque “soplarán otros aires” que podemos aprovechar para mejorar nuestras vidas.

 

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