Se ve el espíritu del lugar como un monumento de regocijo para sus orígenes con sus antepasados y nos identifica con el resto de la humanidad en un reto donde se quema el copal en señal de permiso.
Todos ellos están recibiendo la estafeta y el mañana pasarán la esa misma idea de la de la tradición de continuar y salvaguardar la misma costumbre del legado cultural patrimonial de nuestras grandes comunidades que continúan alertas.
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