lunes, 20 de septiembre de 2021

UNA CIENTÍFICA POCO CONVENCIONAL.

 Para la pionera mexicana de las neurociencias Herminia Pasantes la suerte está echada desde un inicio. Hija de madre mexicana y padre español -emigrado desde Galicia siendo un niño-, la investigadora emérita del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM.

Con más de 55 años de trabajo Herminia Pasantes tiene el dilema de la jubilación, algo para lo que reconoce siempre se encuentran pretextos que sí cuando sean 60 años de carrera profesional o si para su cumpleaños. Espero morirme antes y no tenerme que enfrentar a esa de decisión

Siempre aguda, quien no obstante ya tiene algo bien claro, después de cumplir 90 años no voy a ir un día más a la UNAM. (hoy tiene 84). Por lo pronto ni la propia contingencia sanitaria tan solo en este tiempo de confinamiento, además de seguir dando clase y charlas virtuales, ha escrito dos libros de divulgación, uno de ellos para niños.

Como ejemplo vivo de que si es posible desarrollarse profesional, familiar y personalmente a plenitud, su mayor consejo para las generaciones jóvenes de científicas, es que se valoren muy bien para compartir su vida, pues eso repercute en su trabajo.

Así mismo ser conscientes de que al nacer los hijos, la mente de las mujeres cambia, (la biología impone sus prioridades, sostiene) y va a bajar su productividad en el trabajo. Esa es una de las cosas que la señora Pasantes, enumera entre lo que no ha cambiado desde sus tiempos.

Como el eterno problema del apoyo económico para la investigación que el Conacyt ha recortado, junto con las pocas facilidades para conseguir insumos que son tan necesarios en estas fechas que es cuando existen muchas necesidades que cumplir en forma ordenada.

Algo que lleva a cabo no tanto con la intención de fomentar las vocaciones científicas sino para acercar la ciencia, y en específico las maravillas del cerebro al público menos  especializado. Viajar durante horas antes de la pandemia, claro para hablar en una conferencia sobre la homosexualidad se define en el cerebro o que la depresión es una enfermedad tratable, y que todo ello signifique y mueva algo en las personas.

 

 

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