jueves, 28 de marzo de 2019

AMIGOS ENTRAÑABLES EN EDAD TEMPRANA.

Niños Jugando.

El fin de la semana pasada tuve oportunidad de reunirme con mis amigos de antaño y le llamo así porque nos conocimos hace 66 años cursando nuestros estudios profesionales y para esto debo comentar que todos somos mayores de 80 años, así que puedo decir que estamos en pleno uso de nuestra jubilación y tomando la vida con mucha tranquilidad.

Considero que los amigos no solamente nos acompañan a lo largo de nuestra vida, sino que con frecuencia comparten nuestro entendimiento y nos escuchan cuando comentamos nuestras preocupaciones, nuestra soledad y nos apoyan en momentos necesarios cuando nos ayudan a ser lo que somos en diferentes etapas de nuestra vida.

En tantos años vividos, muchos de ellos se han quedado a medio camino y es la razón por lo que yo le digo a mis amigos que somos muy afortunados en continuar reuniéndonos con frecuencia en nuestros desayunos y seguir disfrutando de nuestra amistad con nuestras familias y en todos los casos disponiendo de nietos que forman nuestra tercera generación.

Hacemos de cuenta que nuestra amistad se inició hace muchos años y continuamos una conversación interminable, la que sin tantos rodeos podemos retomar sin importar la distancia física, ni tampoco el tiempo transcurrido desde la última vez que nos reunimos, porque habrá nuevo material para iniciar un nuevo comentario de varias aventuras ocurridas.

En los amigos existe la ventaja que nosotros podemos escogerlos con libertad y agrado; no así como ocurre con nuestros hermanos o familiares cercanos que nos llegan y debemos compartir la vida nos agrade o no en diferentes etapas.

Es el caso que la amistad es espontanea y de nosotros depende que la manejemos como una virtud que implica una absoluta generosidad llana y simple y en forma desinteresada. Para conseguir esa finalidad, debemos entregarla sin desconfianza, esperando una reciprocidad, porque de lo contrario no podrá ser una amistad sincera.

No hay nada más reconfortante y enriquecedor, que los momentos donde hacemos sobremesa de nuestros desayunos de nuestros amigos, si no estamos de acuerdo no importa, en ese momento se encuentra nuestra amistad para limar asperezas y lleguemos a un acuerdo o no, para seguir dialogando.

Por eso considero que somos afortunados, por continuar nuestra amistad y seguir dialogando en nuestras reuniones que esperamos se prolonguen por muchos más años.



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