jueves, 27 de noviembre de 2014

ACUÑAR NUEVA DEFINICIÓN DE ÉXITO.

Es posible que mucha gente no resista el cambio porque siempre tendrá sus buenas razones para sostener su manera de pensar, sobre todo cuando considera que se le dificulta obtener éxito en sus proyectos porque al intentar superar los retos de uno en uno, se va acuñando una nueva definición de satisfacciones que le ayudan a conseguir sus metas en beneficio suyo y de sus seres queridos. Al sentirse más cómodos con sus logros, aprenderá que el éxito no tiene por qué tirar, apretar o rozar si llevan puesta la mira en conseguir beneficios.

Debemos considerar que el éxito auténtico y el que conocemos como éxito terrenal no se excluyen mutuamente. Es posible que se consiga de uno en uno, pero tratar de conseguir los dos en forma simultánea se considera como un sueño imposible debido a las diferencias que existen en cada uno de ellos. No es necesario optar por uno de los dos, solamente debemos seleccionar cual nos puede ayudar a salvarnos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos y decidir ése en primer lugar.

La biblia que es uno de los volúmenes más antiguos nos hace la indicación de “no podemos servir a dos amos” a Dios y al dinero aunque existen casos en que esta situación así ocurre y las sagradas Escrituras no hacen ninguna mención. Es por ello que tú necesitas duplicar tus esfuerzos y basar tu vida en el éxito auténtico, puedes estar dispuesto con mucha participación en el éxito terrenal, en la medida en que tú estés dispuesto a cubrir tu cuota con la mejor moneda que existe, con tu vida y en esas condiciones cada quien selecciona su destino.

Debes aceptar que el éxito puede llegar a ser tan importante en la medida en que te ubica en una posición ventajosa, en la que puedes realizar las cosas que más te gustan o aquellas que siempre has deseado ejecutar. Muchas personas han tenido la oportunidad de realizar las dos funciones en forma conjunta porque la misma vida les ha ido colocando en el lugar preciso y en el momento adecuado,  y ellos son libres de seleccionar lo que más les gusta hacer; porque su mayor fracaso paradójicamente pueden ser una serie de éxitos relativos bastante prolongados y ninguno de ellos pueden estar relacionados con su verdadera vocación a realizar, en otras palabras su fracaso consiste en no desarrollar sus verdaderas aptitudes que siempre ha soñado para triunfar. Los fracasados ocultos no sufren tanto un agudo sentimiento crónico de decepción.  

Cuántos de nosotros estamos desempeñando un trabajo que no es de nuestro agrado y que le llegamos a odiar, sintiéndonos aterrorizados ante los riesgos que implica el cambio, llegado el caso en que nos despreciamos por no realizar todo lo que está en nuestra mano y en nuestra decisión. Puede ocurrir con frecuencia que llega el momento en que el mundo nos alaba por nuestra labor, y en el fondo albergamos en un rincón de nuestra mente de que hemos fallado a realizar nuestras mayores esperanzas que desde nuestra formación universitaria habíamos deseado llegar.

Siempre hemos tenido temor al fracaso, pero tanto si lo arriesgamos todo como si obramos con cautela, no podemos eludir el fracaso público como oculto en nuestras vidas. El fracaso nos proyecta más allá de nuestra capacidad consciente  para que podamos desarrollar nuestro yo auténtico. Esta situación que nos puede ocurrir, puede ser considerada como el generoso regalo del fracaso. Y en la vida, lo peor que puede ocurrirnos no es fracasar. Es no haberlo intentado nunca, desde esta perspectiva… Los listos no pueden fracasar nunca.


martes, 25 de noviembre de 2014

MÁS TEMOR A FRACASAR QUE A TRIUNFAR.

En esta ciudad cada vez con mayor población y con motivo de que las distancias parecen alargarse cada vez más por el exceso de tránsito que cada día aumenta y parece que ya estamos muy cercanos a los cinco millones de vehículos en la ciudad y parece ser que el crecimiento no tiene para llegar a su fin. Por esta situación la gente está muy tensa y vemos con frecuencia rostros muy ríspidos pero considero que aun así se reflejan personas que en otro momento son nobles y amables.

Estas inquietudes se deben a que la gente camina con mucha premura y lo importante es que se sientan bien y actúen tal como son, enorgulleciéndose de sus logros como medida constante para obtener el sueño perseguido por tanto tiempo y que logren hacerlo realidad en el mundo físico, sin dejar que algún día nada se desperdicie.

Muchas gentes que se preparan para lograr sus objetivos, pero temen enfrentarse al éxito que al fracaso, debido a que antes de obtener una respuesta, consideran que pueden asimilar más fácilmente el fracaso porque consideran que les resulta más familiar y en cambio obtener el éxito les obligará a dejar su zona de comodidad y eso implicaría dejar sus rutinas bien establecidas no solo en ellos sino incluir algunos cambios de vida en sus familiares.

Diversas personas temen alguna promoción que les mejore su situación económica, debido a que deben cambiar de residencia y eso implicaría, limitar los pagos de hipotecas, el seguro médico para sus familiares, interrumpir en alguna forma los estudios de sus hijos y muchas otras actividades con implicaciones en sus relaciones familiares, así como otras incomodidades que les afectaría en su círculo de confort con sus amistades, el club social y otros signos representativos.

Además de aceptar un cambio equivalente a aceptar nuevos retos y el temor a someterse a los fallos que pudiera representarle con riesgos inherentes a otras responsabilidades del nuevo cargo a desempeñar. En esta circunstancia debemos aprender de los niños cuando se aplican a andar: se caen y se levantan e insisten en  hacerlo varias veces hasta acertar. Si recordáramos nuestros intentos cuando aprendimos a hacerlo, y si en algún momento hubiéramos dicho: “no lo voy a conseguir” ¡no merece la pena!, hoy no sabríamos caminar.

Pero afortunadamente en el bebé es diferente, va experimentando y fallando hasta que, un día logra su objetivo y lo vemos dar sus primeros pasos y después de ello, hasta correr. En nuestra educación, no podemos reaccionar así porque la imagen que tenemos de nosotros mismos se va destruyendo y es el momento en que debemos traer a la mente el recuerdo de aquel bebé persistente que en algún momento fuimos.


Debemos reconocer que todo en la vida no lo podemos conseguir a la primera, es necesario tener una preparación adecuada para aprender de nuestros fallos y si en tu caso dices “no quiero fallar”, será más complicado para ti que logres progresar en la vida. Cuanto mejor aceptes tus tropiezos, más oportunidades tendrás de aprender de ellos para mejorar tu aprendizaje y seguirás progresando hasta hacer bien las cosas: acertando hasta una siguiente ocasión lo conseguirás mejor…  Los errores son puntos cruciales en nuestra existencia.

jueves, 20 de noviembre de 2014

EL VERDADERO ÉXITO PERSONAL.

                                                                                              “Todos debemos pagar con la moneda corriente de la vida
                                                                                               por la miel que probamos”
                                                                                                                             “Anónimo”
Dando gracias al Universo.
Debemos pensar detenidamente el concepto válido de lo que significa el éxito auténtico, en razón de que es diferente entre cada uno de nosotros porque somos de todas las tallas, de todos los colores y entrega y por lo consiguiente el éxito de cada uno es de la forma en que lo busca o el esfuerzo que dedica para alcanzarlo. El éxito auténtico es dedicar el suficiente tiempo para las actividades personales que te aportan interés, placer, suficiente tiempo para capacitarte, así como de cuidar de tu hogar y conseguir elementos para alimentar tu alma.

El éxito auténtico se consigue a base de eliminar decisiones retardatarias como es el caso de “a lo mejor lo inicio el año que viene” toda creencia una vez establecida procura perpetuarse. Lo importante es hacer las cosas como si –hoy fuera el último día de tu existencia- y lo hicieras sin ningún remordimiento. Recuerda que la autoestima es fundamental en la conquista del éxito y para conseguirlo debes sentirte centrado cuando estás dedicado a ello, no puedes fragmentarlo y dejar tus proyecto para continuarlos más tarde.

Debes darte cuenta que lo que has hecho es lo mejor que has podido, sin que las circunstancias concretas a las que te enfrentaste tengan ninguna importancia, es saber de corazón hacer las cosas lo mejor que puedas y con eso es suficiente. El éxito es aceptar las limitaciones, reconciliarte con tu pasado y esmerarte en tus pasiones para que el futuro se despliegue de acuerdo con tu sentido de hacer mejor las cosas.

Mucha gente mide su éxito por la cantidad que tienen depositada en su cuenta bancaria y lo importante es ganar lo que sientes que te mereces por el trabajo que desempeñas y saber que tú eres el que lo vales y al disponer de un saldo suficiente será para cubrir tus necesidades y la de tus seres queridos, permitirte algunos gustos  y si existe algún remanente utilizarlo para ahorrar y de preferencia compartir.

Lo importante de tus posibilidades no consiste en acumular sino en desprenderse, porque lo que tienes es lo que verdaderamente necesitas para sentirte bien tal y como eres, apreciar donde has estado, celebrar tus logros y enorgullecerte del camino que has recorrido. El éxito auténtico es llegar al punto en el que “ser” es tan importante como “hacer”, es la persecución constante de un sueño. Es darse cuenta de que, además del tiempo que tarde un sueño en hacerse realidad en el mundo físico, no hay día que se desperdicie, porque es valorar el trabajo interior, además del que realizas en el exterior, es elevar el trabajo a la categoría de maestría y  maestría a la categoría de arte que has conseguido con tu esfuerzo, con tu energía y con tu espíritu de triunfador.


El éxito auténtico es saber que en tu vida sencilla tal y como es hoy, te encuentras lleno de abundancia, agradeciendo las muchas bendiciones que has conseguido y se te han sido concedidas a ti y a los tuyos y seas capaz de compartir tu parte con los demás, es vivir con el corazón rebosante y la conciencia tranquila que te represente siempre una paz interior completa.

lunes, 17 de noviembre de 2014

RECONOCE TUS ÉXITOS PERSONALES.

Con frecuencia la mayoría de nosotros casi nunca reconocemos nuestras virtudes personales debido a que pocas veces tenemos la sensación de haber triunfado y por consecuencia haber logrado un éxito. Si recapacitamos un poco y nos dejamos invadir por la sensación del triunfo, sentimos inmediatamente la necesidad de restar importancia a nuestros logros, sobre todo delante de nuestros familiares y de nuestros amigos, antes de reconocerlo estamos automáticamente negando que hayamos legrado nunca nada.

Muchas personas con éxito sí se deleitan en sus logros y nos lo demuestran cuando visitamos sus oficinas o despachos y hogares mostrando colgados en cuadros sus fotografías, títulos profesionales, constancias de diversos estudios realizados, exhibiendo premios y felicitaciones en las repisas o chimenea o en vitrinas para tal propósito. Han alcanzado el éxito y no solo les aplaude su mundo profesional, sino que ellos mismos se congratulan por haber obtenido esos galardones.

Si hacemos la narrativa de un poco de historial, nos  cercioramos de que el origen de esta conducta tan poco amable hacia nosotros, muchas veces nos veremos de pie en silencio, esperando pacientemente un reconocimiento paterno que nunca llegó, independientemente de nuestro logro concreto. Y mucho después del transcurso del tiempo debido a que estamos condicionados a creer que nunca haremos nada los bastante bien, perpetuamos este círculo destructivo, negándonos a darnos el beneplácito por nuestros triunfos.

En mi caso, después de haber obtenido el tan codiciado título profesional, continué en el afán de seguir mi preparación dentro de mi especialidad y me inicié en la nueva experiencia de continuar la maestría en mi especialidad. En fecha posterior a este proyecto seguí estudiando el doctorado en la misma especialidad, habiendo logrado conseguir en un período de cinco años y mediante la presentación de dos exámenes de grado, los correspondientes a la maestría y al doctorado. Superficialmente parecía haber triunfado al conseguir los dos grados correspondientes a la especialidad.

Pero también había sucumbido ante el espejismo idealizado, al suponer que con la obtención de ese proyecto creativo, sería el que me traería el reconocimiento que había aspirado a llegar durante toda mi vida. El gran momento acabaría de llegar, creí haber escalado a las altas esferas que podía tener a mi alcance, ya que había conseguido mi proyecto, o sea que mi nave tantas veces navegando, por fin había llegado a puerto. Aun así, no hubo ese tan esperado reconocimiento o el beneplácito y desde luego no me lo concedía a mí mismo, la única fuente posible del mundo exterior. Seguro que el mundo iba a percatarse de la gran importancia de los proyectos que tenía en mente para desarrollarlos en fecha próxima.

Así que empecé a buscar pistas y hallé pruebas en los archivos que tenía en diversas cajas de cartón que atestiguaban las constantes premiaciones que tenía acumuladas y que finalmente llevé a enmarcar algunos de mis recuerdos favoritos como fueron: título, grados académicos, cubiertas de libros escritos en la Universidad y otras tantas distinciones recibidas en diferentes fechas y lugares. Cuando los colgué en el salón, di un paso atrás y los miré como si hubiera yo sido un desconocido. Me asombré al ver todo ese material junto, me felicité por el trabajo realizado.


Ahora retengo los momentos de éxito obtenido y los considero como testimonios físicos de mis triunfos logrados que al observarlos, me estimulan enormemente a que me sienta como un hombre con éxito.

jueves, 13 de noviembre de 2014

DE QUÉ HABLAS CUANDO HABLAS DE ÉXITO.

Gran parte de nosotros creemos haber tenido el éxito en varios aspectos de nuestra vida porque sentimos que lo hemos alcanzado. Esto puede ocurrir en diferentes etapas de nuestra existencia, aunque muchas veces sentimos en lo más profundo de nuestro sentir. Podemos creer que no ha ocurrido tal acontecimiento. Muchas veces lo hemos alcanzado y rara vez lo admitimos y por este motivo queremos gustar al mundo, así como a toda la gente que lo habita. Estamos aquejados de una potente combinación de condicionamiento público y privado durante toda una vida.

Si consultamos el diccionario podemos conocerlo como “la consecución del fin deseado” y “la obtención de riquezas, favores o eminencia”. Cuando alcanzamos el éxito “prosperamos, medramos, florecemos” y cuando no lo alcanzamos, queremos que la tierra nos trague. Podemos considerar que lo opuesto al éxito es el fracaso y lo comparamos como una cuestión de blanco o negro. Es lo bueno o es lo malo, es un golpe de suerte o es tener mala suerte y en realidad no es ninguna de esas cosas. Son las dos fuerzas del Universo sobre las cuales no podemos tener absolutamente ningún control. Olvidamos que lo único que podemos controlar es nuestra respuesta al éxito y al fracaso.

Anteriormente se llegó a considerar que el éxito, el poder y la riqueza se consideraban manifestaciones físicas como una gracia otorgada por la Divina Providencia. También se consideraba como la búsqueda del éxito como “nuestra enfermedad nacional. En el caso de los norteamericanos lo consideran como “la realización del sueño americano”. Un siglo después, aun cuando vemos a las víctimas desmoronándose a nuestro alrededor, seguimos sin creerlas. En estos casos hay que recordar con mucha frecuencia que es lo que el mundo nos otorga; también puede llegar el momento en que nos lo arrebata y esta situación puede ocurrir con frecuencia si no tomamos las debidas precauciones para su conservación.

Y lo que puede ocurrir en estos casos, es que la mayoría de nosotros tenemos una versión muy diferente de que existen dos clases de éxito: “el terrenal y el auténtico” porque con frecuencia necesitamos precisar cuál es el éxito que verdaderamente buscamos y para ello necesitamos saber entre lo que es real y entre lo que no lo es, porque el éxito forma parte del plan de estudios por el que todos transitamos, como es el caso de la Universidad de la Vida.

Necesitamos precisar cuál es la clase de éxito que tenemos la pretensión de conseguir, porque no hay nada de malo cuando iniciamos la búsqueda del éxito terrenal y la independencia económica y esto me hace reflexionar que el verdadero objetivo de la vida es vivir siempre amparados con la luz de nuestra razón que es por lo que luchamos durante nuestra existencia y no afanarse por conseguir el deslumbrante destello de lo que puede durar un flash al dispararse y es cuando entramos en conflicto que el éxito cuando es efímero y no lo sabemos cuidar, nos lo pueden arrebatar de las manos y perderlo en un momento.


martes, 11 de noviembre de 2014

HÁBITOS BUENOS QUE PUEDEN NO SERLO.

Muchas veces tenemos costumbres en nuestras actividades diarias que sin darnos cuenta vamos adquiriendo hábitos que influyen en la conducta y realizamos con frecuencia, la mayoría de las veces en forma inconsciente. Lo importante es detectar oportunamente cuáles son buenos que podemos seguir utilizando y aquellos que no lo son porque solamente perjudican nuestra conducta, ya que ellos nos permiten conseguir éxitos o fracasos en nuestra vida, para eso es recomendable hacer un alto en la vida y realizar un examen de nuestra conducta para detener un poco el ritmo de vida que estamos llevando.

Nada puede eliminarse con tanta dificultad como un hábito. Por lo general sabemos el momento en que  hacemos algo que no es bueno ni recomendable a nuestra conducta, al detectar una vocecita en nuestro interior de la cabeza, que nos repite la orden “no, no, no hagas eso” nos dice con frecuencia al momento de tomar más de una copa, cuando encendemos ese cigarrillo del que ya sabemos sus efectos nocivos a la salud o cuando nos levantamos de noche a tomar un pequeño bocado para calmar los nervios.

Lo recomendable es que antes de modificar cualquier conducta, es útil saber el motivo por el que quieres cambiar un hábito que no mejora ni contribuye a modificar tu sensación de bienestar. En el caso de un cambio, ¿Cuál será la parte positiva que puedas conseguir con esa modificación de conducta? ¿Un estilo de vida más sano con mejor energía y vitalidad? ¿Bajar de peso y conseguir un cuerpo más delgado?

Una reflexión a tiempo puede abrir los ojos de tu conciencia, para que procedas por una decisión que te beneficie y resulte más adecuada a tus deseos, lo que demuestra que empiezas a decidir por fórmulas más amables. A medida que dialogas con tu “yo interno” descubres mejores beneficios y consigues el valor suficiente para dar los primeros pasos para ayudarte a mejorar tu conducta en beneficio de tu vida.

Los cambios serán notables y te darás cuenta de que mejora tu ánimo y tus decisiones son más firmes y notarás cambios en tu conducta que irás descubriendo poco a poco. Cuando te sientas sediento, en vez de ir a buscar una cerveza o un vaso de vino para refrescarte, tendrás a la mano un vaso de agua mineral que con una rodaja de limón, soluciona tu sed. En vez de tomar un bocado de más, empezarás a comer solamente en horas de comida y será suficiente con lo que haya en tu plato. Eliminarás aquel cigarrillo que impulsivamente lo utilizas para calmar tus nervios.

Puedes tener por caso ver la televisión por más de cinco horas y haces un esfuerzo de eliminar esa costumbre. Cuando ya has superado esa adicción, observarás con sorpresa que liberado de esa costumbre, dispones de tiempo suficiente para otras actividades más agradables y provechosas. Has un esfuerzo para eliminar tus adicciones que te causan algún daño, siempre tendrás una compensación que te dejarán satisfacciones que te ayudarán a conseguir mejoras en tu vida.





miércoles, 5 de noviembre de 2014

SENTIMIENTO HACIA LA MUERTE.

Zócalo de la Ciudad de México.
Verdaderas obras de arte fueron los monumentos que se dedicaron a la muerte en días pasados y eso indica el respeto que le tenemos a nuestros muertos y eso representa algo temible pensando en las penas del purgatorio y del infierno. Se le dio la imagen a la muerte de un esqueleto humano cargando una guadaña y según se dice esa creencia duró hasta el siglo XVII cuando se trató de suavizar esa representación, para darle un sentido más amable de poder imaginarla como algo que se puede apreciar sin miedo y con fe.

En estas fechas es usual que a fines del mes de octubre y principios de noviembre la muerte la apreciamos como un símbolo más amigable, ya que la podemos apreciar en muchas formas, siendo el más común el “papel picado” que es un trabajo artesanal y multicolor que se utiliza como adorno de altares y simboliza un elemento fundamental festivo del día de muertos.

Se acostumbra regalar “calaveritas de azúcar” que simulan ser cráneos humanos y son hechas de azúcar blanca o chocolate con decoraciones de azúcar de colores y llevan el nombre de alguien que se pretende representar. Las calaveras grandes representan al Padre Eterno, la calavera mediana siempre representa a la muerte como tal y la chica representa a la Santísima Trinidad. Ahora pudimos apreciar la decoración del zócalo de la ciudad de México que fue adornado con “calaveras” gigantes que  miden más de tres metros de altura por otros tantos de volumen con los nombres de personas que fueron famosas en vida y a la fecha ya han desaparecido. Es una idea original que decoró toda la plancha del zócalo a base de calaveras gigantes y algunos altares para honrar a los muertos.

Para estas fechas también pudimos apreciar el “pan de muerto” que está preparado especialmente para esta ocasión y sus ingredientes son harina, huevos, azúcar, levadura y anís. Tiene forma redonda y se adorna con cintas de la misma masa en forma de huesos y van espolvoreados de azúcar. En varios pueblos tienen costumbres de hornear el pan con los mismos componentes, pero con formas de personas humanas y el pan empolvado de ajonjolí, para honrar a las personas desaparecidas.

En poblados de Oaxaca por la creencia de que en los días 30 y 31 de octubre llegan las almas de los muertos tal como fueron en vida a visitar a sus familiares que todavía viven, los oaxaqueños erigen en su domicilio el “biyé” autóctono o el altar cristiano. El “biyé” autóctono es un arreglo que usa cuatro plantas cargadas de plátano, que se colocan frente a la mesa de los santos en medio de un platanar se coloca un petate rebosante de frutas, panes y flores, custodiado por cuatro cirios y en el exterior de la casa se adorna con plantas de caña y plantillas de plátano.

Los altares en general que visité en la ciudad, contienen diferentes elementos y cada uno de ellos tiene un significado diferente que son colocados sobre un “mantel blanco” que simboliza la pureza y la alegría, sobre el que se colocan: “juguetes” dedicados a los niños, cirios que representan a difuntos olvidados, “retratos” de los ausentes, “veladoras o velas” que simbolizan al difunto en el altar, copal o incienso para que las ánimas sepan llegar a la ofrenda, “flor de cempasúchil” que es representativa del día de muertos, “sal” que es purificación, “ceniza” para expiar las almas de los ausentes, “tierra” que representa el polvo somos y en polvo nos convertiremos, “agua” para que calmen su sed. Y así cada uno de los elementos que disponen de un significado que tiende a purificar el alma de los difuntos.



lunes, 3 de noviembre de 2014

DÍA DE MUERTOS EN EL DISTRITO FEDERAL.

Panteón de Mixquic.
El pasado fin de semana se festejó la fiesta en honor de los muertos y siguiendo la tradición, el día 28 de octubre se dedican a los fallecidos en accidentes, el 31 de octubre, las comunidades colocan altares que son adornados con carrizo, cubiertos con flores, frutas, calaveras de azúcar, pan de muerto, jarras con agua, agua bendita, velas, veladoras, para recordar a sus muertos el día 1° de noviembre y a los niños y el día 2 a los adultos.

La principal finalidad de los altares de muertos es recordar a sus familiares fallecidos, dedicando alimentos especiales a los “angelitos” se les recibe con un olor penetrante a mirra, se riegan flores de la entrada a casa hasta el altar en honor a su bienvenida con el mejor ánimo de toda la familia. A los adultos siempre se les da su lugar en el comedor y de frente al altar, para que puedan convivir con su familia, preparándoles una merienda de café, chocolate, atole y tamales. El olor a los alimentos se mezcla con el copal que tradicionalmente es utilizado en estas celebraciones para alejar a los malos espíritus con los platillos que fueron del gusto de sus muertos.

Los “días de muertos” o también conocidos como “fiestas de los fieles difuntos” sigue la tradición que dice: los muertos llegan a visitar a sus parientes el día 2 y que tienen permiso para visitar a sus familiares que permanecen en la tierra y aprovechan degustando los platillos favoritos en vida, en una ofrenda ofrecida que en algunos casos dispone de su fotografía o imagen de su devoción.

La religión católica dice la leyenda: que toman tres caminos dependiendo de su comportamiento que ha tenido en vida, esta es la principal similitud con la creencia prehispánica, para ellos las almas tomaban su camino dependiendo de la muerte que tuvieron: al cielo van las almas que se consideran puras, al infierno las que mueren en pecado mortal y al purgatorio aquellas que no alcanzaron la pureza pero que están consideradas dentro de la gracia de Dios.

La celebración del día de muertos quedó establecida en México como una fecha de visita y homenaje a los seres queridos ya fallecidos. Solamente son dos días en los que se adornan las tumbas con flores y arreglos alusivos, y la celebración corresponde a la visita de los espíritus al lugar donde se encuentran sus familiares vivos. Algunas casas siguen la tradición de decorar sus casas con flores de cempasúchil y decorar en algún lugar de la casa el altar a los muertos. Actualmente es una tradición en estas fechas dedicar una pequeña “composición de calaveras” compuesta de versos satíricos que se dedican a una persona en especial o a personajes populares. Es común regalar “calaveras de azúcar” ideada por el grabador Guadalupe Posadas y a la venta en cualquier mercado o dulcería del lugar.

Siguiendo una tradición de los cultos prehispánicos y la religión cristiana, se plantea que la muerte no es el fin de la vida, sino pertenece a un ciclo infinito. Vida, muerte y resurrección son los estadios del proceso que nos enseña la religión cristiana de acuerdo con el concepto de la muerte es el acceder al proceso creador que da la vida. El cuerpo muere y el espíritu retorna a Dios por habernos dado la vida.

Todas estas prácticas son las que hacen nuestra cultura y nos permite que durante estas fechas tengamos la satisfacción de visitar las iglesias, nuestros panteones, las ofrendas que están instaladas en el Museo Carrillo Gil, en el Museo Nacional de Antropología, en el Museo Anahuacalli, el Museo Dolores Olmedo, el Museo de la Ciudad de México entre los más suntuosos por el colorido de sus finos decorados a base de papel picado, flores y calaveras de todos tamaños. Los panteones se llenan de visitantes para que los paseantes visiten a sus muertos, destacando el Panteón de Mixquic, El Panteón Jardín, el Panteón de la Piedad, Panteón de San Fernando, Panteón de Dolores, Panteón de Xoco entre los más visitados en esta ciudad.