Las estadísticas son elocuentes ya que millones de personas mayores de 60 años padecen de alguna forma de enfermedades cardiovasculares y desde hace muchos años padecen de alguna que afecten la buena marcha de su circulación, por lo que durante muchos años son trastornos que afectan la buena marcha de su ritmo cardiaco y desde hace muchos años, una de las principales causas de muerte en el mundo. Pero esto no significa que usted está destinado a sumarse al número de víctimas.
La clave para disfrutar de una vida larga y rebosante de energía es tener un sistema cardiovascular sano, que suministre sangre a todas las partes del cuerpo y el secreto para lograr eso es tener la sana costumbre de hacer ejercicio. La vida sedentaria es uno de los mayores factores de riesgo de males cardiacos que pueden compararse con el tabaquismo y el colesterol alto.
El ejercicio frecuente y vigoroso puede reducir enormemente el riesgo de morir de un infarto. Además de prevenir ataques cardiacos y de apoplejía, además ayuda a prevenir de otras enfermedades como la diabetes, algunos tipos de cáncer y quizá hasta la demencia senil. Ejercitarse con regularidad, también ayuda a retrasar el envejecimiento.
El cuerpo humano y sus complejos sistemas regulatorios, como los del metabolismo y la digestión, evolucionaron a lo largo de millones de años, cuando el hombre era un fenómeno común y la fuerza física era esencial para sobrevivir. Las reglas de la naturaleza no fueron escritas para lo que somos hoy. La química que ayudó al hombre a sobrevivir en nuestro mundo.
El corazón humano late sin interrupciones a un ritmo de 4000 millones de veces a lo largo de la vida y a pesar de nuestros excesos se conserva en buen estado. Más que con la resistencia de estos órganos, tienen que ver con el suministro de sangre que recibe. El corazón tiene aproximadamente el tamaño de un puño y obtiene un suministro de sangre a través de las arterias coronarias.