miércoles, 27 de mayo de 2020

EL ENCIERRO PROLONGADO.


En México según los informes oficiales, no se ha llegado al punto de tener que elegir la forma de aceptar el encierro prolongado. Los pronósticos de vida decían que las muertes se concentrarían en las personas de mayor edad.

Igual que en Europa donde según la Organización Mundial de la Salud OMS, hasta el 95 % de los muertos son mayores de 60 años. En México el promedio de los muertos es mayor de 60 años. El porcentaje de los fallecidos mayores de 60 años es de 52 % que corresponde a la cifra de 6.510 víctimas confirmadas hasta el jueves último.

Especialistas dicen que el reporte de comorbilidad de la Secretaría de Salud indica que el 42.12 % de quienes han muerto por Covid-19 tenían diabetes, el 38.5 obesidad y el 9.62 padecían tabaquismo. La vejez es la principal causa de muerte asociada.

Otra razón es porque los asilos se cerraron para eliminar cualquier contagio. Tenemos el caso de la Casa Hogar Matías Romero que hace mes y medio cerraron sus puertas a visitantes y los 50 residentes que permanecen en sus instalaciones, se encuentran se encuentran libres de cualquier contacto.

En México según el INEGI existen 15.4 millones de personas mayores de 60 años, o sea el 12.3 % de toda la población. Es decir el 12.3 % de toda la población.  El 47.9 % vive con su pareja e hijos, el 39.8 se encuentra viviendo en hogares ampliados y el ll.4 % vive solo.

Los primeros informes muestran que tienen más peso las enfermedades asociadas, subraya el especialista en infectología Alejandro Macías. Eso no evita que la edad en la misma sea un factor de riesgo. Se debe reconocer porque los adultos mayores llegaron a esa condición y no padecieron esas enfermedades que son propicias en los jóvenes.

La primera versión de la Guía Bioética de la Asignación de los Recursos de Medicina Crítica indicaba que entre ponerle un ventilador a una persona de 80 años y una de 20 en la sala de urgencias de Covid 19, tenía preferencia el más joven.


martes, 19 de mayo de 2020

LA JEFA FABIANA EN EL SEGURO SOCIAL.


La encargada de las enfermeras del Seguro Social nos comenta la experiencia en sus 27 años dedicada a su profesión de las enfermedades que sufren en la actual pandemia y actualmente su rol como madre de sus dos hijos que se encuentran en la casa de sus abuelos.

Durante los otros brotes infecciosos, considera, que también había: miedo en la población y en los propios profesionales de la salud, carencia de algunos insumos y recursos, así como incertidumbre por enfrentarse en dos ocasiones previas, a virus desconocidos.

Mejor conocida como“la Jefa Fabiana” ha encarnado la defensa del gremio médico y de las 131mil enfermeras del IMSS que están a su cargo, explicando a la población, en las conferencias de prensa diarias, sobre el nuevo coronavirus, que los médicos siguen estrictos protocolos para no contagiarse.

Esta situación la obliga a visitar los hospitales de la Institución, para asesorar a otras enfermeras, con la fortaleza suficiente para vivir alejada de sus dos hijos de 10 y 12 años hasta que termine la emergencia sanitaria.

La Jefa Fabiana lo expresa sin tristeza desde que ejerce la enfermería encuentra cada día motivos para continuar aun en situaciones difíciles. Acostumbran celebrar el l0 de mayo con una comida familiar, sin embargo este año fue diferente dadas las circunstancias de sus compromisos con la pandemia del Coronavirus.

Lo anterior lo expresa sin tristeza porque recuerda desde que ejerce la enfermería, encuentra cada día motivos para continuar en situaciones difíciles que sabe sortear por la experiencia adquirida en sus muchos años de actividad.

El ver la sonrisa de alguien que se va a su casa cuando se da de alta, y sabe que el trabajo realizado resulta valioso para su recuperación. Recibir finalmente como una atención a su esfuerzo, un pequeño chocolate, un dibujo, una carta de agradecimiento, una foto o una flor.

He recibido muchos regalos y simplemente con que me digan “que Dios la bendiga” es algo que no se compara con nada y haber recibido   la intención de bendiciones por sus servicios otorgado por ella que han recibido varios de sus  pacientes durante la trayectoria de su trabajo realizado en las diferentes instituciones de salud del Seguro Social.

         

jueves, 14 de mayo de 2020

NI UN PASO ATRÁS EN LA PANDEMIA.



Estamos en una situación inusual y sorpresiva para todos, nos saca de la rutina y nos desafía, Lo que se nos pide es permanecer en casa, sal lo menos posible; si sales: no toques la cara, ojos o boca, mantén la distancia y limpia tu entorno.

El permanecer en casa nos sirve para reflexionar en nuestras viejas amistades que no hemos atendido por mucho tiempo, así con aquellas personas que por la distancia su amistad ha quedado en un olvido transitorio, pero ahora es tiempo para recordarlas.

Aprende nuevas formas de estar contigo mismo y alimenta tu ser, medita a solas, aprovecha para quedarte en silencio y escucha lo que surge en tu interior y lo mejor en tu interior es lo que nos otorga la vida.

Las emociones nos dan información de nosotros mismos, observa eso que estás sintiendo. Si la emoción es positiva, acéptala con intensidad; si es negativa, obsérvala, y puedes preguntarte ¿para qué grupo estoy sintiendo esto? espera que surja la respuesta. Notarás que va perdiendo intensidad.

Aprovecha estos tiempos para sanar relaciones, escribe cartas a esas experiencias tristes, a esos enojos del pasado, a los miedos, etc. Diles que ya es otro tiempo y tú eres otra persona, procura ir cerrando esos ciclos.

Es posible que al estar en casa por largo tiempo provoques estados desesperantes, que la presión aumente y se active la agresión. Date un tiempo fuera intramuros; ve a un espacio donde estés solo, no niegues lo que sientes, obsérvalo, haz tres respiraciones, inhala profundamente y al exhalar deja libres esas emociones.

Es un buen tiempo para que a la distancia te hagas presente con esa gente que estimas, pero a la distancia te hagas presente con ellos. Puedes utilizar tus recursos como es el caso de la creatividad. En esta forma los harás felices al hacerles saber que en todo momento estás con ellos.

Programa una actividad extraordinaria, mueve tu mente y activa tus manos, funcionan como antenas para nuestro cuerpo porque conectan y descargan: pinta, dibuja, aprende palabras utilizadas en otros idiomas, juega, canta, quita hojas secas a las plantas, ejercítate en casa. ¿qué experiencia te quieres dejar para la posteridad?

viernes, 1 de mayo de 2020

VIVIMOS UNA NUEVA NORMALIDAD.


En esta época marcada por el Covid-19, nuestro gran reto es encontrar la forma de protegernos del virus, a nosotros y a nuestras familias y para la generalidad mantener vigentes sus empleos, lo cual cunde como amenaza.

Con más de tres millones de infecciones y alrededor de 230.000 víctimas mortales del virus hasta la fecha a nivel mundial, y con una previsión para mediados de año de una pérdida equivalente a 305 millones de puestos de trabajo en el mundo, lo que hay en juego no tiene precedentes.

Y no lo tiene, porque nadie sabe explicar en que consistirá esta nueva normalidad, parece que será dictada por las limitaciones impuestas, por la forma de vida impuesta por la pandemia y no por las nuevas disposiciones que se emitan al respecto.

Se trata de la destrucción de los medios de vida de la economía actual y de los agujeros enormes de los sistemas de protección marcados por los países más ricos, que han dejado a millones de personas en situación económica muy precaria.

Esta pandemia ha revelado de la manera más cruel la extraordinaria precariedad y las injusticias de nuestro mundo actual. Lo único que debería sorprendernos en todo esto es lo que está ocurriendo. Antes la falta de trabajo decente se manifestaba principalmente en episodios individuales de desesperación silenciosa.

Ha sido necesaria la calamidad del Covid-19 para sumarlo al cataclismo social colectivo que el mundo afronta hoy. Hace 52 años el líder Martin Luther King recordó al mundo la dignidad inherente a todo trabajo. En la actualidad el virus ha vuelto a poner en evidencia la función esencial de los héroes que trabajan en esta pandemia.

Son personas transparentes, ignoradas, infravaloradas, incluso ninguneadas, que con demasiada frecuencia figuran en la categoría de trabajadores pobres y en situación de inseguridad; generalmente son los trabajadores de salud y de prestación de cuidados, el personal de limpieza, las cajeras y cajeros de supermercados, el personal de transporte público.  

Hoy, negar la dignidad a estas y a otros tantos millones de personas es el símbolo de los errores de políticos pasados y de nuestras responsabilidades futuras.