Abuelos felices. |
Podríamos
llamar a este blog “aumento de personas mayores a la tercera edad” y es que
ahora hemos observado que muchas personas ingresan al club de los ochenta años
de edad, eso se debe a los avances científicos y tecnológicos que han sido
descubiertos por los investigadores en universidades médicas y centros de
investigación que están vigentes en todo el mundo.
Algún
día amable lector, te unirás como ellos a la minoría octogenaria si te escapas
de los dos principales asesinos que rondan mucho en estos tiempos: la
hipertensión y el cáncer. ¿Te interesa tener una idea a lo que te puedes
enfrentar en este nuevo mundo? Para el recién llegado al club no debe sentir
nada al cruzar esta barrera. Yo la he rebasado hace algunos años y te aseguro
que es una satisfacción estar en esta etapa.
Piensa
que la vejez solo es un disfraz que aceptamos ponernos en beneficio de otros,
pero que el “YO” verdadero y esencial
no tiene edad, continuará su vida igual siguiendo todos los cuidados que ha
tenido antes para llegar a esta maravillosa edad, porque consideramos un
triunfo seguir haciendo imaginariamente
y con detalle lo que antes realizábamos por costumbre.
Considero
que los vicios relacionados con la edad son entre otras cosas: el desorden, la vanidad y la avaricia. Recrudeciendo
este último como el peor de todos. ¿Por qué tantos ancianos insisten en
acumular dinero cuando sus perspectivas de gastarlo son muy pocas. Piensan en
atesorarlo como cierta forma de dominio y control; existe para ellos el
consuelo de acumularlo, mientras otros poderes como la salud y el bienestar disminuyen,
aunque eso no lo perciben por la ambición que manejan de “más y más”.
Muchos
viejos se han dejado llevar por el desaseo y acumulan tantas porquerías en sus
mesas y cajones, sus escritorios están llenos de cosas inservibles que
conservan “por si se ofrece”. Sus closets están repletos de ropas no usadas
durante años. Puede ser por costumbre y en parte por sentir que todo lo que
alguna vez fue útil, debe ser conservado, y lo guardan sin darse cuenta que tal
vez nunca dispongan de tiempo para usarlo.
No
todo es malo ya que muchos octogenarios a los que admiro, son los que ven pasar
la vida con gozo y al llegar su vejez la aceptan con gallardía, sabiendo que
cada achaque es un nuevo enemigo que debe ser atendido y con el tiempo
derrotado con fuerza de voluntad y casi siempre obtienen una importante
victoria y reconocimiento por sus proezas.
Lo
importante siempre es tener en mente un proyecto de vida para mantener la mente
ocupada sin estar pensando en tonterías que a nada conducen. Mucha gente
desperdicia ese tiempo; en vez de llegar a escribir una memoria de sus
realizaciones con absoluta sinceridad, que puedan resultar útiles a los jóvenes
o a quienes se interesen por conocer una respuesta, puede ser una forma de
decir al mundo “Yo fui” o con mayor
seguridad afirmar “Yo soy”
No hay comentarios:
Publicar un comentario