El
encarecimiento actual del dólar ha provocado un desajuste de precios que de
momento nos sorprende a todos y nos alarma al informarnos que nuestros consumos
suben de precio y nos alarma que los ingresos siguen siendo los mismos. Algo
debemos hacer para ajustarnos a esta medida impuesta porque nuestra vida sigue
su marcha.
Entre
las soluciones pueden surgir tres propuestas: 1ª.-Absosorber el aumento con
nuestras reservas económicas. 2ª.-Aumentar un poco más las actividades
laborales para solventar el faltante y 3ª.-Ajustar el presupuesto para evitar
gastos superfluos. En las dos primeras no existe ningún problema si se dispone
de esa facilidad y la tercera puede ser la más recomendable para hacer un
reacomodo de pagos.
Esta
opinión da la idea de nuestros impulsos por comprar cosas que no nos hacen
falta, o que poco necesitamos, como si fuera más fácil llevar una vida bonita y
elegante cuando no tienes que ajustarte a un presupuesto determinado, esto
quiere decir que si tu quincena es de cinco mil pesos y comprometes el pago por
seis mil, se observa que siempre vas a tener mayores compromisos de pago, que
beneficios de cobro.
Es
posible que si así lo haces, puede ser por llevar una vida que te conceda mayor
comodidad y que te permitas un pequeño lujo que necesitas. Eso solamente lo
podrás hacer cuando te sobre el dinero y no tengas que aprender las lecciones
que nos enseñan las privaciones. El hecho de disponer de suficiente dinero, no
es garantía de que lleves una vida auténtica y realizada, como tampoco que por
ese motivo, consigas una vida que te permita alcanzar la felicidad plena.
Para
mejorar una situación de preocupaciones económicas, debes cuidar por retirarte
de las distracciones mundanas que te producen inquietudes por realizar gastos
superfluos que te provocan compromisos que en nada beneficien tu equilibrio
económico. Esto es, eliminar pagos innecesarios y sobre todo ir de compras de
artículos inútiles, salvo el caso de comprar comida y ropa suficiente y llegado
el caso hasta de ejercer la abstinencia.
Cuando
comprendas que puedes vivir sin muchas cosas ociosas, puedes esperar las
mejores respuestas de la vida porque empiezas a comprender que te vuelves más
paciente, lo cual te permite esperar con dignidad, sabiendo que al fin dominas
tus deseos de "comprador compulsivo" porque eres capaz de decidir a
tu favor y en beneficio propio y de quienes te rodean.
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