El
fin de semana tuve la oportunidad de participar en una charla en la celebración
de un cumpleaños de una persona muy querida por mi familia y por mí y en el
grupo de ocho personas hacíamos un comentario sobre la vida que pasa muy rápido por estar
recién iniciado el año y sin sentirlo mucho ya estamos terminando el mes de
enero. Por un momento me quedé pensando que los días son de 24 horas y las
semanas de 7 días igual que siempre, que nuestras vidas han estado programadas
alrededor del reloj y por ello el tiempo sigue su marcha.
Sin
embargo, consideré que ahora disponemos de mayores comodidades que nos permite
la modernidad y en gran medida se debe a que los avances tecnológicos nos
ayudan para hacernos más cómoda nuestra
existencia sobre todo para ahorrarnos tiempo y esfuerzo. Debo suponer
que ahora sabemos esperar menos en nuestras actividades rutinarias, cada vez
sabemos esperar en menos tiempo las cosas se hacen en forma instantánea y son
factores que afectan nuestra forma de vida y por consiguiente afectan nuestra
conducta.
En
poco tiempo nos hemos valido de nuevos avances que nos han ayudado a
mejorar nuestra vida, como es el caso de: el refrigerador, la licuadora, los
motores, el automóvil, los aparatos electrónicos que mucho han ayudado a
mejorar los plazos más cortos en tiempo y ahora las empresas utilizan ese
factor para prometer plazos de entrega en sus servicios cada vez más cortos.
Estamos
viviendo actualmente la función de necesitar un taxi y la operación consiste en
apretar un botón y disponer de lo que se quiere casi al momento: un taxi al
gusto, así mismo solicitar comida, hacer reservaciones de avión, de autobuses,
entradas al teatro, al cine. La lectura la hacemos ahora en lectores
electrónicos, la compra de libros utilizamos los servicios de las librerías
virtuales que nos ofrecen la venta de su mercancía en la misma forma y en
nuestro mismo lector podemos transportar el número de libros deseados. La
modernidad ha hecho de la espera algo obsoleto.
Algunos
sistemas de vida son diferentes, antes la gente conseguía un empleo y con
permanecer en él, conseguía su jubilación al cumplir los plazos establecidos;
ahora, la permanencia en un puesto en cualquier nivel es más corta que antaño.
El video es más divertido y rápido y se ha desplazado la lectura que puede
resultar una forma aburrida. Las celebraciones de bodas de 25 o 50 años de
duración son cosas raras, ahora los matrimonios son más cortos y los divorcios
son exprés, en buena medida la pérdida de valores en la sociedad, se da por
este tipo de premuras y la honestidad casi se ha perdido, la espera es algo que
se está extinguiendo poco a poco.
Todas
estas pequeñas (o grandes) incidencias son las que han influido a que la vida
se desarrolle más rápido y la famosa expresión “el tiempo es dinero”
se transforma
actualmente en una dimensión central del capitalismo. La buena calidad de los
servicios se ha ido perdiendo.
Por
todo lo anteriormente citado, sigo creyendo que siempre el hombre ha utilizado como
medida de tiempo el reloj y el tiempo transcurre con normalidad, lo que se ha
alterado han sido los avances tecnológicos de los últimos 50 años que sirven
para hacernos más cómoda nuestra existencia, así como sus derivaciones que nos
hace suponer vivir más rápido y en nuestro tiempo sabemos esperar menos como
una gratificación instantánea que afecta nuestra forma de vida y nos altera
nuestro reloj biológico.
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