jueves, 21 de enero de 2016

CHARLAS DE CAFE

Hoy por la mañana tuve la oportunidad de reanudar la sana costumbre de desayunar con mi hijo Rafael en conocida Cafetería de esta ciudad, después de varios meses que ya tenía tiempo que no lo hacíamos por diferentes motivos de ocupaciones y hoy se estableció nuevamente una vieja costumbre después de hacerlo por mucho tiempo antes.

Comentamos varias cosas de nuestras diversas actividades ocurridas el año pasado y algunos proyectos para el presente año con muy buenos augurios. En algún momento hicimos mención de la actual escalada de devaluaciones y ajustes de precios derivados de la globalización que obliga a los países a ajustarse a normas internacionales y que en alguna forma nos afectan directamente como país.

Al referirnos a viajes realizados al exterior, surgieron los comentarios de diversas vacaciones familiares que hicimos al extranjero y a diversos países, haciendo remembranza de la belleza y emoción de la vida incluso en el devenir más cotidiano. A pesar de que platicamos de algunas cosas que ocurrieron hace muchos años, recuerdo perfectamente el acontecer de esas vivencias que fueron tan especiales para mí. Fue una experiencia que alertó mi mente.

Aprendí que si miraba con atención todo lo que recordábamos en ese momento, se convertía en algo imponentemente abundante que fueron momentos agradables que me hicieron recordar hechos que se transformaron de inmediato en momentos exquisitos.

Este tipo de atención tuvo además la ventaja que durante unos momentos nos olvidamos de los problemas que hemos estado viviendo últimamente y además nos olvidamos de las inquietudes del mañana, estuvimos viviendo el ahora y tuve la oportunidad de vivir esos momentos, centrado en el ahora que es el único tiempo del que me importaba disponer. Toda la charla ocurrida durante la sesión-desayuno surgió tan solo al establecer contacto.

Durante esa reunión tuve la oportunidad de recibir de mi hijo, un libro titulado “Bikram Yoga” que aprecié verdaderamente por la práctica de yoga que he practicado en diversas etapas de mi vida. Pero lo más sobresaliente fue la “dedicatoria” que contenía la obra en su primera página que me conmovió plenamente y consideré ese momento como una experiencia de felicidad plena.


Muchas gracias por esos momento Rafas, gocé y tuve oportunidad de olvidarme de mis inquietudes pasadas o futuras, tuve oportunidad de recordar el aprendizaje del arte de la atención que es un proceso que he practicado toda la vida como resultado de vivir en el ahora. Lo más importante para mí, fue la promesa que hicimos de reanudar en el futuro, nuestras anteriores “charlas de café”

No hay comentarios:

Publicar un comentario