martes, 17 de noviembre de 2015

PARÍS CENTRO DE ATRACCIÓN MUNDIAL.

El Bataclán.-París.
Desde mis estudios de historia universal, tuve presente que París estaba considerada como la capital del mundo y cuando tuve oportunidad de conocer la ciudad, me percaté de que siempre había estado en lo cierto por su historia, su belleza, su cultura, su gente y tantos otros atributos, que ahora que ha sufrido un percance tan profundo, es motivo de conmoción para todo el mundo. Digo esto porque quien atenta contra Francia, atenta contra todo el mundo civilizado, porque si recordamos desde la época medioeval hasta nuestros días, París ha irradiado luz universal.

La agresión que el pasado jueves recibió París en su Centro de Conferencias  Bataclán que data desde 1864, donde mucha gente se había reunido para asistir a un concierto musical y fue atacado por elementos del ejército islámico Isis, autores del atentado perpetrado en ese lugar, donde ocurrió un combate desigual con un resultado de 129 asesinados y 352 heridos de distintas religiones y nacionalidades, entre ellas dos mexicanas ubicadas en ese lugar al momento de ese desastre.

Este grupo Isis ya había cometido varios actos de violencia contra musulmanes como es el caso de un doble atentado en un barrio de Beirut, en Líbano, donde causó una baja de 40 muertos y 230 heridos y ya con anterioridad habían dado a conocer un video en el que miembros del ejército islámico ejecutaron un grupo de 200 niños por el hecho de no haberse unido a su causa y todos estos ataques por motivos religiosos.

Por esos motivos habían seleccionado París considerando que la capital francesa maneja muchas libertades que los fundamentalistas consideran como abominación y perversión. Se tenían noticias que en fechas anteriores, ese grupo terrorista había tratado de detonar un explosivo cuando se jugaba un partido entre los equipos de Francia y Alemania en el Estadio de Francia.

Se conoce como antecedente un comunicado que fue publicado en francés en el que se da a conocer la siguiente información: “En un ataque bendito para el que Dios facilitó las causas de un grupo de creyentes soldados del Califato, que Dios le dé poder y victoria, ha tomado como objetivo la capital de las abominaciones y la perversión, aquella que enarbola la bandera de la Cruz en Europa, Paris”.

Al menos a nosotros como mexicanos, nos resulta muy difícil creer que alguna persona pueda matar en nombre de Dios, pero esa es la lógica en que se basa el fundamentalismo para cometer sus fechorías, ya que nuestra cultura nos indica que un Dios misericordioso no ordenaría ninguna muerte y menos con gente inocente. Los fundamentalistas nunca los considera como inocentes, sino “cruzados”, importando poco que ninguno de los 129 asesinados y 352 heridos en París haya combatido contra sus ejércitos en tierras islámicas, o haya atentado contra su religión y nacionalidad; o que las víctimas incluyendo en ellas a dos mexicanas.

Todos los incidentes ocurridos en estas fechas, son actos de terrorismo como uno de los hechos que afectan a los más inocentes que nada tienen que ver con esas actividades que persigue el ejército islámico y sus seguidores que son entrenados de sus dogmas desde muy tierna edad y que los aleccionan para conseguir seguidores y en forma anónima actúen en favor de ellos y sus dogmas que son más difíciles de combatir y son el motivo de esas provocaciones en las principales ciudades del mundo.

Cualquier acto de esta naturaleza no se justifica y sobre todo en la forma tan cobarde y desigual en que atacaron a gente completamente ajena a su causa. El ejército islámico sostiene sus dogmas de que Dios les autoriza a matar a quienes no estén de acuerdo a sus ideas; y por ello adoctrinan desde la niñez a su gente, para sumarlas a su ejército activo y con ello parece que los dogmas van ganando terreno a las ideas. Por las ideas se discute, por los dogmas se mata, y ciertamente –los dogmas están ganando la batalla a las ideas.





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