martes, 29 de junio de 2021

LA FAMILIA.


El grupo familiar al que pertenezco, ha seguido la costumbre de reunirse en céntrico restaurant de esta ciudad una vez al
 mes y corresponde al segundo sábado de mes, aunque ahora por la pandemia que estamos padeciendo, se ha vuelto costumbre de hacer las reuniones “en línea” y en forma electrónica, por lo que podemos dejar por escrito cualquier situación pendiente.

 Escribo no para quedarme solo y mi alma con mis recuerdos que he podido guardar “mis recuerdos”. Para tal caso llevo tantos años que en poco tiempo he podido notar que soy nonagenario viviendo acontecimientos, para volverlos historias, pequeñas estampas de lo humano que se ha vivido en épocas que han dejado huellas y forman parte de uno mismo y pueden ser material para escribir un libro de cada uno de nosotros.

Ahora las familias son más reducidas de uno o dos hijos, en comparación a los matrimonios de antes por lo regular de seis o mayor número de descendientes que en las reuniones de celebración fueron de grandes contingentes con abuelos, padres, hijos mas los sobrinos y otras parentelas.

Los tiempos cambian y en mi caso mi familia sanguínea es muy reducida, solamente una hermana y yo, los demás ya no están presentes, solamente quedan sobrinos y nuevas familias que se van formando en fechas recientes. En el caso de la familia de mi esposa sí es muy numerosa y en fechas a celebrar acontecimientos, se forman grupos numerosos, siempre resultan útiles esos encuentros familiares, además del reconocimiento se siente que se satisface el ánimo, se alimenta el espíritu y nos causa gran alegría.

 Los tiempos han ido cambiando y en fechas actuales se observa que esta pandemia que estamos viviendo, ha cambiado algunas rutinas establecidas; la comunicación ahora es telefónica y los saludos por “mensajitos electrónicos” como nuevas formas de vida. Esperamos esta situación pase rápido y volvamos  nuevamente a vivir épocas anteriores.

 

 

 


viernes, 25 de junio de 2021

UN PRODIGIO LLAMADO MEMORIA.

 


Cuando la memoria es capaz de retener toda clase de información, es cuando los expertos dicen que tiene capacidad de guardar capacidad para unos 50.000 volúmenes del tamaño de las obras de Shakespeare.

 No es hasta que empezamos a perder la memoria aunque sea parcialmente cuando los damos cuenta de que toda nuestra vida no es más que un recuerdo. Mucha gente mayor, teme estar perdiendo la memoria, si olvida que tiene propiedades y no recuerda su propio nombre, debe preocuparse.

 La población mayor de 70 años teme padecer el mal de Alzheimer o alguna otra forma de demencia senil. La pérdida de la memoria o de otras facultades mentales que se presenta en los septuagenarios es un proceso normal. Entre los nonagenarios, uno de cada dos sufre de alguna forma de demencia senil.

Sin embargo, antes de los 70 años hay pocos signos de deterioro de la capacidad mental. Entre los de esa edad y los 80 la memoria de sucesos sigue siendo fiable, pero se empieza a tener dificultad para recordar hechos recientes y datos nuevos.

Ni el ejercicio físico ni el mental por separado constituyen una solución duradera. La actividad física aumenta la afluencia de sangre al cerebro, pero la mente no puede utilizar esta energía adicional si no se le da algo que hacer.

Una vez que se inicia la pérdida de las facultades mentales, no es probable que los ejercicios permitan recuperarlas, hay que  empezar cuando todavía se es joven. Por lo visto aquí se aplica el principio “Lo que se usa se aguza”. No obstante, aun si la memoria ha comenzado a deteriorarse, puede que no sea demasiado tarde.

En la capacidad de recordar intervienen varias facultades mentales y distintas, es posible que algunas de ellas sigan intactas. A menudo ocurre que la información almacenada no se ha perdido, pero el cerebro no puede utilizarla porque el sistema de recuperación ya no funciona tan bien como antes.

Las fotos viejas son buenas para remontarse al pasado. De especial poder evocador son los olores y los sabores. Pero no todos los recuerdos son placenteros; también hay que saber olvidar.

viernes, 18 de junio de 2021

LIBÉLULAS EN EL TIEMPO.

 En estas mañanas de otoño, entre salidas de sol y un poco de lluvia, se empiezan a ver en nuestros jardines, algunas libélulas de diversos colores que agitan sus alas sobre las plantas y rasgan el aire en mil direcciones, unas son rojas, finas y delgadas como agujas en un pajar.

 Las cuatro alas de esa especie, que parecen de frágil celofán muestran complejas nervaduras, son flexib
les y diseñadas para producir una variedad de efectos aerodinámicos. Para producir un despegue rápido, y agitan sus alas en forma alternada.

Poseen además una vista prodigiosa, cada uno de sus ojos compuestos, consta hasta de 30.000 ojos simples que les dotan de un campo visual de casi 360*. En poco más de un segundo, una libélula posada en la hierba puede detectar un mosquito a un metro de distancia y lo atrapa.

 Como muchos insectos no son inocuos se considera en forma de jeringa de hasta 12 centímetros de envergadura y ojos fulgentes. Pero hoy sabemos que no es peligroso. La punta de su abdomen no es un aguijón. En el macho es una especie de gancho y en la hembra el órgano con que pone huevecillos.

 Los ojos de la libélula son brumosos y profundos, como la bola de cristal de un adivino y después coloridos destellos. Unas manchas negras que parecen pupilas, simulan verme fijamente, como preguntando quien soy y que lugar ocupo en la historia del planeta.

 Ver esos ojos es como remontarse al principio del tiempo, cuando las libélulas ya estaban aquí, antes que algunas de las montañas más antiguas, y que no aparecían los pterodáctilos, cuando algunas de sus habilidades para el vuelo ya habían evolucionado. Los fósiles muestran en sus días de esplendor, las libélulas tenían la envergadura de un cuervo.

 Quizá esa habilidad para devorar mosquitos sea una de las razones por las que ha empezado a mejorar su reputación; las pupas de mosquitos se cuentan entre los alimentos favoritos de las larvas de libélula. Supongo que fueron testigos del surgimiento y extinción de los dinosaurios, de la llegada de esos otros seres voladores, las aves, y de la evolución apenas reciente de la especie humana.

 

 

 

lunes, 7 de junio de 2021

PRESENCIA DIVINA EN TODO MOMENTO.

 

PRESENCIA DIVINA EN TODO MOMENTO.

Ya hace muchos años tuve oportunidad de acudir a una Casa Hogar para recabar algunos datos y con este antecedente acudí a solicitar permiso de entablar plática con algún residente. La directora de ese lugar, y me envió a la habitación 78 que ocupaba una anciana que tejía diligentemente a quien le expliqué mi presencia y con gusto aceptó mi visita.

 

Dejó de tejer y dando una palmadita en la orilla de la cama me indicó que me sentara. Después de ocupar ese lugar reanudó su labor y le pregunté:

 

-¿Qué hace? [de inmediato me contestó]

-Dios está en mi canasto. [dijo] -¿Qué está tejiendo? [pregunté], alzando un poco la voz esta vez. Volvió a suspender su labor y sonriendo, miré con disimulo la canasta, por si alcanzaba a vislumbrar a Dios.

-Dios está aquí, oré con fervor para que viniera y vino conmigo.

La mujer no dijo nada más. Finalmente le di las gracias y me fui.

-¿Qué impresión le causó la residente? Preguntó la directora del asilo.

-Dice que Dios está en su canasta de tejido [respondí], me parece que está un poco trastornada.

-Lo estaba cuando llegó a esta Casa, [me explicó la directora] había enviudado y estaba sola. Le sugerí que rogara a Dios que le diera paz.

“Poco después otra asistente le enseñó a tejer, y ya en seis meses estaba tejiendo calcetines para todos. Se volvió la mujer más popular del asilo”

-¿Y ahora? Pregunté. -Ahora tiene más de 90 años, pero todavía puede hacer punto. Solo dice que Dios está en su canasta.

 

Semanas después recibí un hermoso suéter de lana, de mi talla con una nota de la directora del asilo que decía:

 

Querido amigo Miguel:

La mujer que conociste aquí, nos pidió que te enviáramos este regalo.

Pensaba que tal vez te gustaría abrigarte con un pedazo de Dios.

“Falleció hace tres días y se encontraba muy contenta de haberlo hecho.

Estaba feliz”…

 

Me impresionó mucho la noticia y recibí ese regalo como un trofeo de una gran persona a quien tuve el gusto de conocer ese día y pude platicar con ella como si fuera alguien de mi familia a quien tenía mucho tiempo de no vernos y en esa fecha nos encontrábamos con mucho cariño. Guardé ese suéter como un verdadero “trofeo a la lealtad”.

miércoles, 2 de junio de 2021

LA VIDA ES MÁS AGRADABLE.

 

LA VIDA ES MÁS AGRADABLE.

Yucatán tiene impresionantes pasajes y experiencias que se puedan quedar en tu memoria y te desconectan del ajetreo, hoy te quiero compartir algunas de las experiencias vivas durante mi estancia en fechas recientes, que dejaron en mí una gran huella de asombro y gratitud.

 Los días de aventura y arqueología dan amplias oportunidades de conocer lugares maravillosos, pero no te extrañes si en vez de sacar tu cámara fotográfica, prefieres sentarte y admirar las copas de los árboles desde la Acrópolis en Ek Balam.

 Escucha el sonido de las aves, permite que el rumor de las aves y siente esa conexión que desvanece las líneas el pasado y el presente y no pierdas la oportunidad de quedarte a dormir en alguna de las cabañas cercanas para inspirarte en cielos estrellados lejos de la contaminación urbanas.

 Por el sentimiento de tranquilidad, la cercanía al mar y la brisa, un día de playa será siempre favorito. Procura hacer tu recorrido por la carretera costera y detente en el paradero de Uaymitun para apreciar los tonos verdes del manglar, un cielo despejado si tienes suerte apreciaras los flamencos, pelícanos y gaviotas del lugar.

 En el Este de Yucatán el nuevo mirador de las Coloradas te brindará una imagen en contrastantes azules y rosas. Procura continuar hasta el Cuyo, célebre por atardeceres con vista a la laguna. Si prefieres quedarte cerca de Mérida, la puesta de sol desde el muelle de chocolate en Progreso.

 Mérida también ofrece refugios para los que buscan disfrutar momentos agradables. El Paseo Montejo es agradable para hacer una caminata al caer la noche y no te faltarán opciones para disfrutar todo el camino por las bellezas urbanas que encontrarás en las construcciones urbanas.

 Cambiando de rumbo puedes dirigirte a la Plaza Grande y después de admirar fachadas históricas y escenas de la vida cotidiana que son comunes en cualquier rincón histórico. Desde sus diferentes espacios, tendrás una vista privilegiada de la Catedral de San Idelfonso, mientras las palomas vuelan a sus nidos en sus diferentes tonos coral y lavanda y empiezan a asomarse en el horizonte.