El grupo familiar al que pertenezco, ha seguido la costumbre de reunirse en céntrico restaurant de esta
ciudad una vez al mes y corresponde al segundo sábado de mes, aunque ahora por
la pandemia que estamos padeciendo, se ha vuelto costumbre de hacer las
reuniones “en línea” y en forma electrónica, por lo que podemos dejar por escrito
cualquier situación pendiente.
Ahora las familias son más reducidas de uno o dos hijos, en comparación a los matrimonios de antes por lo regular de seis o mayor número de descendientes que en las reuniones de celebración fueron de grandes contingentes con abuelos, padres, hijos mas los sobrinos y otras parentelas.
Los tiempos cambian y en mi caso mi familia sanguínea es muy reducida, solamente una hermana y yo, los demás ya no están presentes, solamente quedan sobrinos y nuevas familias que se van formando en fechas recientes. En el caso de la familia de mi esposa sí es muy numerosa y en fechas a celebrar acontecimientos, se forman grupos numerosos, siempre resultan útiles esos encuentros familiares, además del reconocimiento se siente que se satisface el ánimo, se alimenta el espíritu y nos causa gran alegría.