martes, 10 de marzo de 2020

UN DÌA SIN ELLAS-


Hacia el centro de la Ciudad en el Palacio de Bellas Artes la ausencia es sutil pero manifiesta. El museo como cada lunes está cerrado lo inusual es que suelen brindar información a los visitantes desde dos aparadores en el vestíbulo.

En la sucursal de Educal del lado derecho al fondo dos trabajadores se desenvuelven como si fuera un día cualquiera, una empleada de limpieza, cuya empresa no le permitió faltar, y una auxiliar de la librerìa, quien decididamente asistió con  normalidad a su jornada laboral.

Expuso: “ Yo creo que cada quien toma su propia decisión y yo de plano estaba decidida a venir a trabajar. Más vale cumplir porque también eso es ejemplo para los hijos. ¿Uno como puede decirles: Debes de ser cumplido si una misma no está poniendo ese ejemplo?” expresa Consuelo Sànchez.

En el Museo del Estanquillo uno de los pocos recintos culturales del Centro (de la Ciudad) cuyas puertas no cierran el lunes, se observa a algunas de las mujeres que no atendieron el llamado a sumarse al paro.

Y unas cuadras adelante en el mero corazón de la Capital, la Casa de la Primera Imprenta de Amèrica es habitada apenas por un vigilante y el supervisor del espacio. Las 5 mujeres que suelen desempeñarse en cargos distintos entre estos muros se han sumado al paro, como la Universidad Autònoma Metropolitana había anunciado.

En el Centro Cultural del Bosque, el vacío es insoslayable en foros y oficinas. “Cuando ellas no están, obviamente se siente la ausencia. Tal vez ahora es un solo día pero si ellas faltaran una semana, creo que la cosa sería complicada”  estima Raùl Medina, Jefe de prensa del Coordinación Nacional de Teatro (CNT), con sede en el complejo cultural, detrás del Auditorio Nacional.

“Aquì siempre está lleno de jóvenes, se oye música, está todo muy vivo.

viernes, 6 de marzo de 2020

TU FELICIDAD QUE ENCUENTRAS EN PEQUEÑAS COSAS.


Hemos pasado por el periodo en que las cosas pequeñas están siempre de moda y han ocurrido ocasiones en que despertamos y comprobamos con los periódicos diarios la cantidad de feminicidios y la destrucción de los seres humanos.

Y aun así, la vida es tan emocionante: las charlas, los amigos, nuestro entorno en medio de nuestros propios problemas y por lo mismo nos preocupa cuando todo está vertido de problemas. Por eso nos duele tanto cuando está en peligro porque si pensamos en ella, recordamos lo maravillosamente callada que puede ser.

Sabemos que si nos quedara de vida solamente seis meses por delante, nos aferrarìamos con ambas manos a cada día, a cada hora. Pero en lugar de alegrarnos por todo lo que tenemos, vemos el vaso medio vacìo. Pensamos que el trabajo nos exige demasiado, que los hijos presentan una terrible responsabilidad.

Digàmoslo sin rodeos: la vida es maravilloso y por eso tenemos la oblicaciòn de mejorarla. Si ninguno de nosotros está dispuesto a devolver algo de lo mucho que ha recibido, nos estaremos burlando de tener tantos privilegios.
Es fácil decir que no nos queda un minuto libre, que las 24 horas del día no alcanzan.

Así que lanzo este reto; aprendamos a ser felices. Aprendamos a ver todo el bien que hay en el mundo y a devolverle aunque sea una parte de las bendiciones que hemos recibido. Amemos las pequeñas cosas que diariamente nos está dando la vida que con frecuencia se nos olvida.

Agota el instante que estás viviendo hoy, sea lùgubre o luminoso, no volverà a ser idéntico en otro momento. En ocasiones perdemos la capacidad de asombro y a veces lo recuperamos gracias a las lecciones duras que nos da la propia vida.