Cuando te sientes contento por las cosas que has recibido
o por algo que te sucedió, experimentas gratitud. Es imposible sentirla por
nada, siempre los sentimientos hacia otros, sean nuestros seres queridos,
personas desconocidas o un poder superior. La gratitud es la forma en que te
relacionas con los demás, cuando te conectas con algo más grande que tu ser.
Hoy en día y tal vez por la rapidez con que se vive,
muchas personas no hacen pausas para valorar lo que tienen y mucho menos para
expresar gratitud. Nuestro estilo de vida busca la satisfacción instantánea y
puede ser la causa culpable. Los medios comerciales, las redes sociales inducen
a los jóvenes a sentirse lo más importante.
Si todo gira alrededor de ellos ¿por qué habrían de agradecer
a los demás? Se debe a muchas razones, los estudios hechos indican que quienes
expresan gratitud, tienen mayores niveles de felicidad, una presión arterial más
saludable y mejores relaciones interpersonales, duermen mejor, se deprimen menos
y toleran más el dolor.
Estos beneficios son duraderos. Investigadores expertos
basaron sus opiniones en las personas
que escribieron cartas de agradecimiento o hicieron obras buenas a lo largo de
6 semanas y observaron que tenían mejor salud mental, menos dolores corporales
y más energía, realizaron un mayor número de tareas en un período de hasta 6
meses.
Con esta actitud se puede hacer grato el día a otra
persona. Las personas que reciben mensajes de agradecimiento o actos de bondad,
experimentan emociones positivas. Son sorpresas felices que les pueden causar
momentos gratos.
Es más probable que tú te sientas agradecido si recibes ayuda
inesperada. Los receptores de actos de bondad o de gratitud inesperados, son más
propensos a devolver el favor o a realizar actos similares. Cuando una persona está
agradecida es más posible que ayude a otras personas o realice actos de bondad,
tal vez porque disfruta sentirse socialmente valorado.
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