martes, 30 de enero de 2018

INVIERNO DE CUIDADO EN CIUDAD DE MÉXICO.

Viaje en el Metro.
Desde el pasado mes de diciembre hemos tenido días fríos que han afectado a la gran Ciudad, y muchas veces nos da pena iniciar el uso de la ropa de invierno, porque no tenemos el vestuario adecuado y si alguien lleva el atuendo invernal, no falta quien le dice “sigue el frío” o “dónde fue la nevada”  y es visto como alguien que quiere lucir su ropa.

Lo cierto es que en estas fechas debemos tener cuidado del cambio de temperatura y los días fríos que han hecho, no actuar como si no sintiéramos el frío, sobre todo en el caso de los ancianos para quienes ya no es lo mismo aquella versión que dice; “No es lo mismo los tres mosqueteros, que veinte años después”.

No estamos acostumbrados a instalar calefacción en casa ¿por falta de recursos o por tacañería? Ninguna de estas respuestas nos gusta Cualquier solución no es de nuestro agrado: claro que es triste no tener dinero, pero es más triste no gastarlo.

He tenido oportunidad de estar en lugares públicos y también viajar en el metro y la mayor parte de la gente que encuentro, está resfriada y su aspecto no es halagador: con tapabocas, con ojos rojos, tosiendo, estornudando con mucho estruendo, y lo curioso es que sin importar la edad la gente común “en playerita” y sorbiendo la nariz sintiendo que eso es normal. El catarro ha perdido naturalidad.

Pese a todo lo que ocurre en nuestra Ciudad y con un invierno tal vez más crudo que en años anteriores, nos abrigamos poco y mal, fingiendo que nuestro clima siempre es bueno. Las bajas temperaturas nos toman por sorpresa “con un sol tenue que sale al medio día, pero no calienta”.

Sentimos un poco de vergüenza que nos paraliza, y no utilizamos la ropa adecuada para el frío, o sea con ropa de diario pero ligera y para una temporada que no existe, pero cuando abordamos el metro, no permitimos cualquier corriente de aire frío que nos moleste.

Toda esta situación se explica porque en esta temporada, los centros de trabajo son fríos y nuestras casas son tan frías como las calles y la ropa invernal se reserva para los interiores de casa, donde nadie nos ve y actuamos al margen de la moda donde nos da la impresión que cuando visitamos a alguien, se encuentra con ropa gruesa y abrigadora, con mantas que parece son fabricadas con manos artesanales y chamarras dobles que utilizan los esquimales.

Alguna ocasión acudí a una visita en casa particular, y disponían en un rincón de un calentador eléctrico de esos que si te acercas te calientas y es propio para visitantes. Lo curioso es que cuando me retiré de ese domicilio, pude observar que salí estornudando.






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