Estamos
tristes los capitalinos ante tantos cuadros de dolor, llanto, pérdidas humanas,
edificios derruidos, gentes lastimadas tanto física como moralmente y ante la
duda de escuchar la alarma sísmica por temor a las réplicas como la del sábado
anterior a las7´52 horas con magnitud de 6.1 que rescató de la bañera a
centenares de personas para ponerse a salvo.
Es
mucha la incertidumbre y el temor que existe en esta ciudad, ante la inquietud
de un nuevo sismo, por lo que mucha gente pernocta en las calles, después de la
catástrofe que no solo dejó pérdidas de seres queridos y patrimoniales, sino
que además, puede resentir algún trastorno de salud mental.
Nada
será igual que antes, en silencio resentiremos cambios porque mi ciudad se quebró
pero la gente que es lo importante sigue de pie y aunque existen muchos
edificios caídos por el terremoto de intensidad 7.1 existe mucha gente valiosa
en su gran mayoría jóvenes espontáneos entre l6 y 30 años que están prestos a
rescatar a los caídos.
No
muy lejos y detrás de una cinta de la policía, están esperando cientos de
familiares. Pasan las horas y no se retiran, ni se irán hasta saber si sus
familiares aparecen con vida, o si por alguna razón se encuentran entre los
muertos.
Otra
vez al igual que en el terremoto del 19 de septiembre de 1985, se observó que
los vecinos fueron los primeros en ayudar a otros vecinos, el ejército, la Cruz
Roja y los topos, esos increíbles seres que se meten y salen los hoyos buscando
vida, aparecíeron más tarde. Pero los primeros rescatistas fueron ciudadanos.
El
terremoto es cierto nos tiene a todos con el corazón fracturado y recuperarse
de este brutal golpe va a tomar años, pero ante todo está el renovado optimismo
entre los mexicanos. Ante la adversidad ha habido mil respuestas alentadoras
del ingenio mexicano. Incluso en los momentos más difíciles como ha ocurrido
después de cada sismo, juntos sabemos salir adelante.
Hoy
la participación en forma notable proviene de la juventud que en forma heroica
cuya participación masiva, corresponde a estudiantes universitarios y de
escuelas públicas se comunicaban con maestría por teléfono fijo y radio. Más
tarde que temprano, se harán cargo de los designios de este país.
Ojalá
encuentren la forma de perdurar no solo en el ámbito social, sino también en el
político. Ellos mismos pueden crear organizaciones civiles permanentes. No
necesitan estar representados por los partidos actuales, son indignos de esta
nueva generación. Si ellos son demasiado inteligentes, porque unidos han dado
respuesta a varios problemas planteados por la naturaleza…..
¿Qué no podrán hacer por el futuro de su
país?