Tuve
la oportunidad de apreciar la celebración de las fiestas patrias en la Ciudad
de México y darme cuenta de que el ánimo para la festividad disfrutó de poca
animación de la gente y eso se reflejó en los adornos que en forma tradicional
se acostumbraba instalar en los frentes de las casas, la colocación de grandes
banderas en los edificios y los lábaros patrios que antaño se ponían en las
calles para adorno de la Ciudad. En igual forma
la mayoría de automóviles y camiones en circulación portaban una
banderita de adorno. Toda esa tradición se está perdiendo.
La
gente se preocupó más por descansar en estas fechas y salir de la Ciudad los
que se quedaron, mostraron poco interés en apreciar las tradiciones de acudir
al “Grito” la noche del día 15, o de presenciar el “Desfile” al día siguiente.
Lo
cierto es que consideramos que la situación del país es crítica en su economía,
en su inseguridad, en el exceso de corrupción en todos los niveles, dificultad
en el tránsito urbano, la frecuencia de plantones y maestros marchistas en
calles céntricas y edificios públicos y todos esos inconvenientes que nos unen
cada vez más para expresar con mucho orgullo que todo lo aceptamos solamente
por el exceso de amor a México.
La
realidad es que nuestras raíces están aquí, nuestros abuelos y padres aquí
nacieron, nosotros mismos aquí nacimos, aquí conocí a mi mujer hace 56 años y
acá nacieron mis dos hijos y mi nieto, aquí es donde cursamos nuestros estudios
universitarios y recibimos títulos y tuvimos oportunidad de trabajar y
finalmente en estos lugares descansaremos. Todo este historial es lo que nos
hace querer a México y por consiguiente con orgullo decimos que somos
Mexicanos.
Nuestro
país lo hace su gente, cada uno en un frente distinto y con una responsabilidad
asignada, hay de aquel que nada hace y solamente quiere recibir sin dar nada a
cambio. Nuestro patria es demasiado grande y no se ha acabado, démosle amor que
es el que ponemos diariamente en nuestros hijos.
La
única ventaja que tenemos es si reaccionamos oportunamente, podemos corregir
las cosas a nuestro favor en un futuro cercano y mientras tanto nos queda
solamente trabajar con ahínco para mejoramiento de este país que nos ha dado
todo y no nos ha pedido nada, más que fidelidad y trabajo.
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