lunes, 19 de septiembre de 2016

MÉXICO ES EL SIGNO QUE NOS DISTINGUE.

Tuve la oportunidad de apreciar la celebración de las fiestas patrias en la Ciudad de México y darme cuenta de que el ánimo para la festividad disfrutó de poca animación de la gente y eso se reflejó en los adornos que en forma tradicional se acostumbraba instalar en los frentes de las casas, la colocación de grandes banderas en los edificios y los lábaros patrios que antaño se ponían en las calles para adorno de la Ciudad. En igual forma  la mayoría de automóviles y camiones en circulación portaban una banderita de adorno. Toda esa tradición se está perdiendo.

La gente se preocupó más por descansar en estas fechas y salir de la Ciudad los que se quedaron, mostraron poco interés en apreciar las tradiciones de acudir al “Grito” la noche del día 15, o de presenciar el “Desfile” al día siguiente.

Lo cierto es que consideramos que la situación del país es crítica en su economía, en su inseguridad, en el exceso de corrupción en todos los niveles, dificultad en el tránsito urbano, la frecuencia de plantones y maestros marchistas en calles céntricas y edificios públicos y todos esos inconvenientes que nos unen cada vez más para expresar con mucho orgullo que todo lo aceptamos solamente por el exceso de amor a México.

La realidad es que nuestras raíces están aquí, nuestros abuelos y padres aquí nacieron, nosotros mismos aquí nacimos, aquí conocí a mi mujer hace 56 años y acá nacieron mis dos hijos y mi nieto, aquí es donde cursamos nuestros estudios universitarios y recibimos títulos y tuvimos oportunidad de trabajar y finalmente en estos lugares descansaremos. Todo este historial es lo que nos hace querer a México y por consiguiente con orgullo decimos que somos Mexicanos.

Nuestro país lo hace su gente, cada uno en un frente distinto y con una responsabilidad asignada, hay de aquel que nada hace y solamente quiere recibir sin dar nada a cambio. Nuestro patria es demasiado grande y no se ha acabado, démosle amor que es el que ponemos diariamente en nuestros hijos.

La única ventaja que tenemos es si reaccionamos oportunamente, podemos corregir las cosas a nuestro favor en un futuro cercano y mientras tanto nos queda solamente trabajar con ahínco para mejoramiento de este país que nos ha dado todo y no nos ha pedido nada, más que fidelidad y trabajo.



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