Matías Romero.- 1837-1898. |
Matías
Romero Avendaño nació en Oaxaca el 24 de febrero de 1837 y sus primeros
estudios los realizó en el Instituto de Ciencias y Artes del Estado para
iniciar sus estudios de abogado. Su profesor en ese Instituto fue Benito
Juárez, y estableció una relación que duró toda la vida. Después Matías decidió
continuar sus estudios en la Ciudad de México en 1855 no volviendo a radicar en
su natal Oaxaca. Habiendo decidido su vocación diplomática y además de
continuar su formación en Derecho y sus estudios de francés, inició el estudio
del inglés con el deseo de continuar en Londres.
Para
lograr su objetivo recurrió a su antiguo profesor Benito Juárez quien lo inició
como meritorio y más tarde ser empleado suplente en la Secretaría de Relaciones
Exteriores. En 1857 y a los 20 años de edad, consiguió el permiso para ejercer
la abogacía habiendo ingresado a la Barra de Abogados.
Cuando
Benito Juárez decidió establecer su gobierno en el Puerto de Veracruz, Matías
Romero le acompañó en su peregrinar, convencidos de que legalmente le
correspondía a Juárez tomar las riendas del país, en su carácter de Presidente
de la Suprema Corte de Justicia y Romero permaneció a su lado fungiendo en
labores como su Secretario.
En
el año 1868 Matías Romero regresó a México al frente de la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público donde permaneció hasta 1872. Después regresó a
Washington a la convención para el arreglo de las reclamaciones presentada por
ciudadanos mexicanos, así como por norteamericanos. Habiendo destacado como
diplomático, en septiembre de 1863 presentó su documentación oficial a Abraham
Lincoln como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de México. Matías
Romero fue el primer Embajador de México nombrado en el vecino país del norte y
desde ese puesto contribuyó al triunfo de la causa liberal, publicando ensayos
y editoriales, distribuyendo informes, folletos y estadísticas sobre México en
Estados Unidos.
Matías
Romero regresó a México para hacerse cargo de la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público, cargo que ocupó en cuatro ocasiones en fechas diferentes, y en
su última gestión designó como Oficial Mayor a José Yves Limantour.
Fue
colaborador del Presidente Juárez y se negó varias ocasiones para secundar el
apoyo al General Porfirio Díaz. Muerto Benito Juárez, Matías Romero se sintió
en libertad de colaborar con el nuevo gobierno, no sin esperar la sanción
electoral en favor del General Díaz.
El
30 de diciembre de 1898, lejos de su patria a la que dedicó sus mejores
esfuerzos, Matías Romero falleció poco después de la muerte de su esposa. Con
ese motivo destacados hombres de la política norteamericana incluyendo al
Presidente William Mc Kinley, asistieron a sus honras fúnebres en Estados
Unidos.
Siempre
gozó en ese país del norte de un merecido prestigio y supo atraerse el afecto
de las personas con las que trató. Sus restos fueron traídos a la Ciudad de
México, llegando el l6 de enero de 1899 donde se le rindieron los más altos honores militares. Su cuerpo
fue trasladado al Congreso donde Ignacio Mariscal pronunció una oración fúnebre
y el poeta Juan de Dios Peza declamó una poesía en su honor.
NOTA: En opinión de
Cosío Villegas, “El público se da cuenta en ese momento de que México pierde en
realidad a uno de sus más devotos servidores: inteligente, laborioso, honrado,
poco afecto a mezclarse en los enredos políticos, ha preferido servir a su país
en el extranjero”.
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