Cuando estamos de viaje es fácil caer en las prisas mientras vamos de un punto a otro, es fácil caer en las prisa, mientras vamos de un punto y aunque existe la tentación de hacerlo todo, también puede ser bastante desgastante. Es entonces cuando la vida se nos atraviesa con el de mano y nos regala la vista inesperada que nos obliga a detenernos, respirar y disfrutar de momento.
Yucatán tiene impresionante pasajes y experiencias que se quedan en tu memoria y nos desconectan del ajetreo, hoy te queremos compartir de algunas de sus bellezas compartidas. Los días de arqueología y -aventura, dan amplias oportunidades fotográficas. Pero no te extrañes si en lugar de sacar tu cámara, prefieres sentarte y admirar las copas de los árboles, desde la cima del palacio del gobernador.
Escucha el sonido de las aves, permite que la brisa te refresque y siente esa conexión que desvanece las líneas entre el pasado y el presente, aunque muchos eligen ir a estos sitios como pasadía. No pier das la oportunidad de quedarte a dormir en alguna de las cabañas cercanas para inspirarte en cielos estrellados lejos de la contaminación lumínica de las urbes.
Por el sentimiento de tranquilidad, el olor a mar y la brisa, un día en la playa, será siempre un favorito. Maneja siempre por la relajada carretera costera y detente en los diferentes paradores que encontrarás en el camino. para apreciar los tonos verdes de los manglares, el cielo despejado y si tienes suerte, coquetos flamencos, pelícanos y gaviotas,
En el este de Yucatan, el nuevo mirador de las Coloradas, te regalará una imagen en contrastes azules y rosas vibrantes o continúa hasta el Cuyo, célebre por los atardeceres y la vista a la laguna, si prefieres quedarte cerca de Mérida, la puesta de sol desde el muelle de El Chocolate en Progreso, es magia pura, Mérida también ofrece refugios para los que buscan disfrutar del momento.
El Paseo Montejo es inigualable para una caminata al caer la noche y no te faltarán opciones para integrar tus cinco sentidos en la experiencia. Prefiere el helado de vainilla o guayaba en la Sorbetería Colón, mientras sientes el caluroso viento que te brinda la primavera, o con un Aperol Spritz en Casa Chica, al platicar con algún amigo, sobre las aventuras de la semana.
También puedes dirigirte a la Plaza Grande y después de admirar fachadas históricas y escenas de la vida cotidiana, refugiarte en Picheta. Desde su terraza tendrás una vista privilegiada de la Catedral de San Ildefonso mientras las palomas vuelan a sus nidos y los tonos coral lavanda empiezan a asomarse en el horizonte. En tu próxima salida toma las cosas con calma y revitalízate con la experiencia de disfrutar el momento.
El próximo blog lo estaré escribiendo desde nuestra querida Ciudad de Mérida narrando mis acontecimientos desde la llegada, y les invito a leer mis nuevas experiencias de estancia en Yucatán.
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