A sus l50 años de “Amado Nervo”, el poeta mexicano más leído y aclamado en su época, símbolo del modernismo es recordado hoy en su onomástico. Fue el escritor más famoso de su tiempo y poco después la critica lo condenó a un exilio póstumo.
El publico lector y escucha de ese tiempo de América Latina, siguieron recitando “La Amada Inmóvil” hasta que se convirtieron en abuelas, pero los nuevos poetas lo relegaron al azucarado panteón de la cursilería. Su influencia literaria se advierte más en las canciones románticas del famoso compositor veracruzano Agustín Lara que en la poesía contemporánea.
Poeta espiritual y católico hizo suspirar a generaciones de lectores con una sensibilidad romántica que aun impregna a la canción popular latinoamericana. Aunque su influencia ya casi no se advierte en la lírica contemporánea, en vida fue honrado en diversos países.
Tras fallecer en Montevideo, Uruguay sus restos fueron traídos a México, escoltado por embarcaciones de cuatro nacionalidades en un acto memorable y muy celebrado en su tiempo por sus seguidores hasta su muerte.
Nervo publicó en 1898 sus primeros dos libros que le encaminaron a su fama internacional, “Perlas Negras Místicas” que recogen varios de sus poemas favoritas, después de haber sido publicados en diversas revistas de su época y de ellos, dos títulos que muy pronto fueron traducidos al francés.
En 1901 conoció a su inspiración Ana Cecilia Dailliez quien también se convirtió en su compañera sentimental durante sus diez años más felices. La muerte le sorprendió en el año 1912. Su inspiración más popular y reconocida internacionalmente “La Amada Inmóvil” es reconocida en -muchos actos literarios de diversas épocas.
Autor también de novelas y ensayos al que se encasilla habitualmente como modernista por su estilo y su época, incomparable con el misticismo del poeta sobre todo en sus últimas obras, acudiéndose entonces a combinaciones en la expresión, refleja su sentimiento religioso y melancólico y su abandono en la escritura, refleja su sentimiento religioso y melancólico de artificios técnicos, incluso en la rima y elegancia.
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