Para atender la situación actual
por la que estamos viviendo en cuanto a la contingencia, es importante cuidar
el sueño y el ejercicio. Se debe tener presente que debemos cuidar más nuestra
salud mental.
Esta situación nos va a poner a
todos vulnerables y hay que aceptarlo y, a partir de ahí, entenderlo y hacer diferentes
cosas que tenemos encomendadas. Es necesario establecer nuevas rutinas y darle
al cuerpo un orden: si sabemos que nos va a dar ansiedad, debemos levantarnos
temprano desayunar bien y evitar noticias que alimenten nuestra ansiedad.
Cuando no duermes en la forma
acostumbrada te vuelves una persona sensible que de cosas que antes no había
conflictos, ahora te ves reaccionando diferente. Es importante disponer de una
buena higiene de sueño, si no dormimos lo suficiente o nos despertamos de
manera intermitente durante la noche.
Nuestros niveles de ansiedad se
incrementan y es necesario desvelarse por ver tele y adaptar patrones de sueño
a la luz del día y no dormir con ningún dispositivo electrónico dentro de la
habitación. La práctica de ejercicio nos genera ciertos químicos que nos hace
sentir bien, por ello es necesario seguir una rutina diaria de 30 a 40 minutos.
Lo primero que hay que entender es
una respuesta diaria del cuerpo. Nos permite reaccionar a tiempo ante una
situación que consideramos amenazante. Cada pensamiento genera una emoción y
cada emoción viene con una respuesta fisiológica.
Muchos de nosotros tenemos
pensamientos que nos generan ansiedad: sobre el posible aumento en la
inseguridad en las calles, ideas catastróficas sobre nuestra salud, el empleo,
el futuro. Pensamientos que en la mayoría de los casos si los contrastamos con
la realidad, son poco factibles.
El confinamiento y estas
preocupaciones colocan a muchas personas en un estado de ansiedad alto, y ello
impacta negativamente también en otro aspecto esencial de la vida: la
sexualidad, lo cual puede ser el detonante de un conflicto que ocurre en la
pareja. Hay que recordar que esto pasará, la vida sexual se reduce en la mayor
parte de los casos. La mayoría de nosotros en el encierro, va a tener menos
deseo sexual, es natural. Cuando esto acabe, volverá el deseo a la normalidad.
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