En el sur del estado de Veracruz cuando las aflicciones y angustias cotidianas
doblegan a alguien la expresión popular enuncia un estado anímico particular
para el fandango jarocho ofrece alivio, específico a través de sones de
madrugada que hacen que el alma aflore.
Dimensión de la tradición que raya en lo terapéutico apegado a la costumbre
veracruzana apegada a una mujer que tiene un pesar y justamente el fandango le
sirve para sacar ese sentimiento del son jarocho.
La danza el zapateado y la percusión sirve para limpiar el alma, acompañada
por músicos y cantadores tradicionales que se reduce a un espacio de baile en
un fandango popular donde se vea y el evento se realza por la participación de
los músicos que con su alegría realzan el baile.
Inyectaron sangre joven a una tradición moribunda y han logrado que el son
jarocho sea conocido y suene con su ritmo más allá del sotavento veracruzano y
ahora sirve como puente a las nuevas generaciones y es un medio de transmitirlo
así a las nuevas generaciones, así como en procesos de reconocimiento institucional.
Estamos en un país racista todavía, por lo que todo lo que huele a pueblo,
a comunidad no está bien visto por la mayoría y estamos en lucha para que el
discurso frecuente se concrete y baje a donde tiene que bajar y llegue a las comunidades
para su difusión.
Esta es una música representativa de Veracruz y por lo mismo debe estar en
un lugar sobresaliente que sirva como sello de presentación para la alegría y
fervor con que se aplica en todo el Estado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario