Lanzamiento del Apolo 11. |
Se cumplen 50 años del suceso de festejar la llegada de Neil Amstrong y
Edwin Aldrin hicieron el descenso en la superficie lunar. Protagonistas
indiscutibles de esta epopeya científica y tecnológica grabada en la fina arena
del Mar de la Tranquilidad, probaron aquel 21 de julio de l969 que no había
límites planetarios insuperables.
Michael Collins permanecía en el mòdulo Columbiag orbitando el satélite y
fueron atestiguados por los atónitos ojos de más de 500 millones de personas
alrededor del mundo desde sus televisores en vivo y en directo gracias a una
cámara en blanco y negro que grabò en cinta de video.
Fue la misión número ll del programa espacial Apolo la que dìo al hombre la
victoria en la carrera espacial y pasó a inscribirse con grandes honores en los
libros de la historia. En tierra 10 hombres más de la NASA lograron posarse
sobre la luna en posteriores misiones.
En un mundo tan dinámico como el de hoy, rebasado por la virtualidad
demostraron ¿Còmo viviríamos un suceso de tal magnitud? Si hoy llegáramos a ala
Luna, la nota se perdería en un mar de noticias. Durante una hora y no más de
un día antes de perderse en el olvido y el odio de las redes sociales.
No obstante a pesar de esta animadversión que caracteriza a la muchedumbre
digital de nuestros días, el viaje no sería realmente en vano no solamente por
la derrama tecnológica que pudiera tener, sino por el hecho de inspirar, causar
asombro y hacernos reflexionar sobre nuestra humanidad.
Con el renovado interés de naciones como: China, Japón, Rusia, India, la
Unión Europea y Estados Unidos, por llevar una misión tripulada a la Luna, las
ideas de estos actores más que un ejercicio de imaginación, podrían rayar en la
predicción de un futuro.
Y es que todo y que más de una adocena de hombres logró posarse sobre el
satélite lunar, mermando la sorpresa de continuar yendo, la Luna seguirá siendo por mucho tiempo, una obsesión.
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