Calos Monsivais. |
En las mañanas al salir de su casa atestada de gatos se
le podía encontrar con los puesteros que rodeaban el mercado de Portales y con
frecuencia se le veìa en el Metro a las horas“pico” y formaba parte de los
apretujones que lo conducían al Centro Històrico y como siempre con su habitual
chamarra de mezclilla. También se le veía en la Càmara de Diputados donde
acudìa a ver cómo actuaban y dormían la siesta aquellos antipáticos políticos
de antaño.
El barrio y la vida del arrabal tuvieron para él un
encanto especial. Se le veìa en las aglomeraciones que acudìan a la Basìlica
para escuchar de cerca los “ecos de la teología popular que laten en el corazón
de casi todos los mexicanos.
Por la inquietud que tenìa, participò en diversas
actividades ya que su formación acadèmica la hizo en la Facultad de Economìa y
en la Facultad de Filosofìa y Letras de la Universidad Nacional Autònoma de
México, Teologìa en el Seminario Teològico Presbiteriano de México y asisstiò
al Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de Harvard en el año de
l965.
Formò parte en el movimiento estudiantil de 1968 y por
sus inquietudes inició su carrera como periodista y participò en aquellos
fenómenos literarios, sociales y culturales en un desacato al autoritarismo, a
las normas de orden establecido.
Por su infatigable labor Monisivais en “Entrada libre:
crònicas de la sociedad que se organiza” nos ofreció la computación más
detallada sobre el terremoto de l985. Así mismo, a su pluma le debemos uno de
los exámenes más serios y pormenorizados sobre la tortura, los homicidios, los
secuestros y las desapariciones que de l968 a 1971 se perpetraron en la
conocida “guerra sucia”.
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